Paula

Cuidado con el rebrote y la cadena de falsa confianza del desconfinamiento

¿Por qué nos autoconvencemos de que con que el otro se cuide es suficiente?

“Voy donde un amigo porque él se cuida. Él vive con la hermana, y ella se cuida porque solo se encuentra con su pololo, quien todos los días se cuida mucho porque viaja en auto solo con dos compañeros de trabajo. El papá de mi amigo también se cuida y solo se reúne con los amigos de siempre. Entonces como mi amigo se cuida y yo me cuido, vamos a ir a una pequeña fiesta con gente que se cuida. Esa es la cadena de falsa confianza que formamos y cuyo eslabón más perjudicado es nuestra propia familia”, dice una imagen que se hizo viral por redes sociales previo al fin de semana largo de Fiestas Patrias.

Muchos de quienes lo compartieron apelaban a que el relajo de la población y la sensación de falsa seguridad han provocado rebrotes del virus en varios países. Pero aun así, el fin de semana se vio a miles de personas compartiendo en grupos de más de diez personas y sin medidas de seguridad. Según el psicólogo Fernando Marchant, muchas veces esto se debe a la cadena de falsa confianza a que apelaba el viral en redes y que funciona como un autoengaño, ya que justificamos estos encuentros bajo el argumento de que nosotros y quienes participan de ellos, se han cuidado, pero no indagamos más allá.

“Cuando tomamos medidas disciplinarias es complicado mantenerlas a lo largo del tiempo sin que nos saturemos. Y por lo mismo después de un tiempo bajamos la concentración, el estado de alerta y suavizamos las consecuencias de tomar medidas de riesgo”, explica y agrega que en esta pandemia las medidas han sido bien extremas. “Lavarse las manos a cada rato, usar mascarilla, limpiar todo lo que llega a la casa, estar encerrados y no ver a los familiares son medidas muy extremas, atípicas y fuera de la norma. Nadie estaba acostumbrado a ello y por eso es complejo sostenerlo en el tiempo. Llegamos a un punto en el que incluso a algunas personas les da lo mismo contagiarse, porque no tienen la fuerza del comienzo”.

A esto se le suma que las personas, de base, somos emocionales. “Buscamos y necesitamos afectos. El contacto físico para nosotros es importante. Lo que nos hace felices son las relaciones, más que otras cosas, y todo ese contacto sensorial se ha perdido en los últimos siete meses, por lo que se ven estos encuentros como un escape. Y como de todas maneras seguimos siendo personas racionales, justificamos este riesgo diciendo que el otro se cuida. Es como un razonamiento ilógico, porque lo que prima es hacer cumplir el deseo emocional”, agrega Marchant.

¿Cuánto riesgo corremos?

Según el doctor Rodrigo Soto, subdirector médico, broncopulmonar y epidemiólogo de Clínica Indisa, “cuando uno se junta con otra persona con la que no ha estado, lo más seguro y especialmente si se trata de un adulto mayor, es que ambos estén con mascarilla”. Agrega que si alguien tiene dudas de que se haya producido ese efecto cadena, lo ideal es que estén todo el tiempo protegidos con mascarilla y que mantengan el distanciamiento social necesario, ya que da bastante seguridad si ambos están protegidos, aunque se junten en el mismo lugar.

Ahora, si esa junta es un almuerzo donde tienen que sacarse las mascarillas, el doctor recomienda que sea al aire libre y que mantengan distanciamiento de por lo menos un metro. Y también que se respeten las fases determinadas por el gobierno, es decir, que ocurra en comunas donde está permitido. Si el lugar es cerrado, la recomendación es no quitarse las mascarillas.

“En esas cosas es importante concentrarse en las medidas que son más útiles, porque ha pasado mucho tiempo y es normal que las personas se cansen y no resistan. En ese sentido las medidas claras son: mascarilla, en las personas de mayor riesgo también escudo facial –porque el virus también puede entrar por los ojos–, lavado constante de manos y mantener cierto distanciamiento. Pocas medidas, pero buenas”, agrega el doctor.

Y dice que esa cadena de falsa confianza efectivamente es uno de los principales riesgos, porque hay personas que pueden ser asintomáticas. “El riesgo está en la confianza. Porque aunque uno se haya cuidado mucho y se junte solo con alguien que se supone que también se ha cuidado, no tenemos cómo saber desde el tercer contacto en adelante. Por eso hay que tratar de juntarse con lo estrictamente necesario y, cuando lo hagan, aunque crean que el otro se cuidó, se deben tomar medidas de seguridad”, concluye.

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