Imagina a Leonardo Farkas pero con onda todo músculos cero grasa, la piel cubierta de tatuajes relatando su historia personal -algún accidente, las líneas de una carta íntima, su propio rostro dibujado en la espalda-, un cuerpo como espejo de la vida del millonario excéntrico y exhibicionista con el lujo, sean yates, autos o ninfas con poca ropa. Gianluca Vacchi, 51 años y nacido en Bolonia, Italia, encarna el triunfo capitalista como lo presentaba Donald Trump en los 80 pavoneándose con su riqueza dorada, combinado con la estética de un reality juvenil facturado por MTV con incesante reggaetón de fondo.

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Gianluca nació rico y así, entre recuerdos de infancia, evoca leer a escondidas documentación de las empresas familiares preparando su destino como heredero. Cuando llegó el momento dice que se arriesgó al endeudarse por comprar las acciones de parientes desinteresados en los negocios. Trabajó 20 años involucrado en una docena de firmas y hasta ahora sigue asociado a un primo en rubros tan poco glamorosos como fabricar maquinaria para productos envasados. Hasta 2008 se pueden rastrear fotos suyas posando con trajes a rayas y calvicie incipiente en recepciones y mansiones recargadas. En 2011 Gianluca sintió que las condiciones bancarias se ponían cuesta arriba y tuvo una revelación. "Después de 20 años de vida de éxito y negocios llegué a la conclusión que no me interesaba acumular dinero ya que estamos de paso en esta vida. Me interesa el dinero solo para poder vivir bien". Sin abandonar por completo sus responsabilidades empresariales reorganizó su calendario delegando. En la transa ganó "tiempo libre y mucha curiosidad por probar cosas nuevas".

Vacchi utilizó parte de ese tiempo en el gimnasio, visitar quirófanos y "a entender cómo la plataforma del entretenimiento estaba cambiando" junto con prestar atención a las redes sociales que antes le resultaban indiferentes. "La vida es todo seducción. Por eso yo estaba marginado en las redes sociales, porque no veía ese contenido seductor. En cambio, he entendido que en el ámbito de las redes puede también haber grandes obras de seducción comunicativa, que es lo que al final he hecho".

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Concluidos los análisis Gianluca eligió Instagram como su plataforma para este segundo tiempo de su existencia. "Es la red social del futuro", declaró al diario El País de España, "porque se basa en las imágenes y en la idea de compartir en tiempo real (...) no requiere exclusividad para establecer un diálogo como ocurre en Facebook, donde para hablar con alguien necesitas enviar una solicitud de amistad y que sea aceptada. Twitter, por su parte, se basa más en el texto".

Vacchi asegura que los jóvenes valoran la instantaneidad y el poder de la imagen acompañada de comentarios, cualidades contenidas en Instagram donde dice que se muestra tal como es. "Yo no busco dar ninguna imagen, simplemente ofrezco la imagen que es fruto de mi vida. Impresionar quiere decir transmitir un mensaje que engancha, no es crear un escándalo".

El punto de inflexión llegó en 2016 cuando publicó en la plataforma un video bailando "La Mordidita" de Ricky Martin con su novia de entonces, la espectacular modelo Giorgia Gabriele en una competencia de sensualidad fitness y un incipiente sentido del ridículo que progresivamente se ha convertido en una de las características de sus videos haciendo coreografías con chicas lindas o ejercitándose en el gimnasio. Los últimos incluyen toques de comedia, probablemente una forma de ensayar para su tercera vida donde pretende ser actor.

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Por ahora, se presenta como DJ y no es cualquier pinchadiscos. "Es muy grande" le dijo su amigo personal David Guetta cuando se enteró que haría residencia en el club Amnesia de Ibiza con apenas un par de años de experiencia. "Estudié muchísimo. Tenía una base musical, un ritmo y con el aprendizaje duro y mucho esfuerzo lo conseguí", declaró a Diario de Ibiza. El olfato para los negocio sigue intacto en Vacchi y ha colaborado activamente en la expansión del reggaetón y la música latina en el balneario español. En sus shows han estado Ozuna, Sebastián Yatra, Luis Fonsi y Daddy Yankee. "La gente cuando me critica por la rapidez de mi meteórica carrera musical no sabe que tengo 23 años de experiencia en otro sector (...) Mi experiencia como hombre de negocios me ha valido mucho para crear mi carrera actual, es un mundo más rígido y falso".

El italiano aspira a convertirse en un modelo para los jóvenes. Cuando se tatuó 'Resilienza" (Resiliencia), muchos chicos le enviaron fotos haciendo lo mismo. Sabe que su target de seguidores oscila entre los 18 y los 40 años, un grupo al que considera "vacío de identidad" en un escenario de política desprestigiada, empresarios anticuados y una juventud en la que no se cifran mayores esperanzas. Ni siquiera los ídolos deportivos, cree Gianluca, pueden ocupar esos espacios. En cambio, él cree reunir las condiciones. "Yo soy una figura completamente transversal y puedo comunicarme tanto con personas de 70 como de 20 años".