
“Tuve que suspender cualquier tipo de juicio para acercarme a él”: cómo Luca Marinelli se transformó en Benito Mussolini
Marinelli fue el escogido por el director Joe Wright para encarnar al dictador italiano en la serie Mussolini. Hijo del siglo, cuyos episodios ya se encuentran en Mubi. El actor ha comentado que debió subir de peso, cortarse el pelo, trabajar con dialecto y sobre todo, dejar de lado sus propias ideas sobre el personaje.

Cuando el actor Luca Marinelli (40) le comentó a su abuela que su próximo trabajo sería protagonizar una serie en la que encarnaría a Benito Mussolini, la respuesta de la veterana fue corta y al hueso: “¿Por qué?”. Para la mujer, sencillamente no le entraba en la cabeza que su nieto encarnara al dictador.
“Estaba en su casa, y en cuanto se lo dije, se quedó atónita, y no para bien. Quedó atónita. Me preguntó por qué. Y no supe qué responder. Me quedé sin palabras. La sorpresa que vi en sus ojos fue negativa”, contó el intérprete en una entrevista con The Hollywood Reporter (THR).

Marinelli fue el elegido por el cineasta Joe Wright para encarnar al Duce en la serie Mussolini, hijo del siglo, que se encuentra disponible en nuestro país a través de la plataforma Mubi. Se trata de una producción que ha sido muy comentada y que el rol de Marinelli ha sido muy alabado. Por ejemplo, Infobae escribió: “Desde el tono de voz hasta los movimientos corporales, Marinelli se apropia del personaje con una intensidad que lo convierte en la mejor interpretación del Duce hasta la fecha. En su actuación, el líder fascista es un depredador insaciable, dominado por la avidez de poder, sexo y reconocimiento. “En su gigantesco ego, decía que el fascismo era querer siempre más hasta tomarlo todo”, comentó el artista sobre la paradoja política."
Por su lado, The Guardian indicó: “Luca Marinelli está magníficamente repugnante como Benito Mussolini...Marinelli retrata con maestría a un hombre que, en esencia, es un perdedor ridículo, acosado por la inseguridad y a solo una mala oratoria de perder la fe de sus seguidores, pero que poco a poco va ganando prestigio a medida que, gracias a su persistencia y a la incompetencia de sus oponentes, perdura.
Rotten Tomatoes le da un 95% a la serie y le da elogiosas palabras al actor: “Luca Marinelli reina en Hijo del siglo con una vibrante imitación de Benito Mussolini, con una puesta en escena altamente imaginativa del director Joe Wright que aporta una teatralidad que se adapta al infame dictador".

Para el actor, se trató de todo un desafío partiendo por lo más visible: debió subir de peso 20 kilos y se cortó el pelo para tener la misma calva que el líder fascista. Además, debió adoptar el acento del personaje, todo un tema considerando que Marinelli es oriundo de Roma y Mussolini era de Predappio, un pueblo olvidado en la región de Emilia-Romaña, en el norte de Italia.
“Aprendí el dialecto de Mussolini con un profesor de dialecto, lo que me ayudó mucho a meterme en el personaje. Luego estudié: leí el libro de Antonio Scurati y estudié el guion. Sobre todo, pasé mucho tiempo discutiéndolo con Joe. Él fue mi guía. Me acompañó y me guió a través de la serie”, dijo al THR.

Además, debió aprender a hablar con potencia, como lo hacía el verdadero Duce, aunque a veces ello le significase un desgaste y la pérdida de la voz. “Mantener la particular forma de hablar de Mussolini fue fundamental. En aquella época, no había megáfonos ni micrófonos. Y aun así, todo tenía que ser grandioso e impresionante. Creo que Mussolini logró mucho simplemente trabajando en su apariencia, en su forma de presentarse y en su voz. Buscó la teatralidad. Yo mismo hice lo mismo, tanto en las escenas en el parlamento como en los discursos ante la multitud, con más de 400 extras".
“Perdí la voz varias veces. Esas escenas eran bastante alienantes y dolorosas, sobre todo cuando rodábamos las escenas del parlamento. Tuve que repetir sus discursos, de principio a fin, y esas palabras son realmente desgarradoras y macabras en su forma y composición”.

Pero sin duda lo más complejo para el actor fue desligarse de sus propias creencias para darle vida al dictador. “Fue doloroso porque tuve que suspender cualquier tipo de juicio para poder acercarme a él. Soy antifascista, profundamente antifascista, y vengo de una familia antifascista. Durante siete meses, cada hora y cada día que pasé en el set, tuve que suspender mi juicio. Fue duro. Al volver a casa, por suerte pude volver a ser yo mismo. Pero esta experiencia, este viaje, me ha marcado. Acercarme tanto a Mussolini fue doloroso. Para mí, fue toda una lucha hacer lo que un actor normalmente hace: suspender el juicio y acercarme al papel, en este caso, a este criminal”.
En ese sentido, la dupla Marinelli-Wright debió bregar para conseguir la fibra misma del personaje, cosa bastante compleja por que todo en su tiempo estaba muy mediado. Así lo explicó Marinelli: “Teníamos que encontrar un aspecto humano, un aspecto privado [de Mussolini], y eso fue muy difícil de encontrar. Seguí las ideas de Joe y lo que estaba escrito en el guion. Creo que el filtro que encontraron fue muy honesto y realmente valiente. Pero para mí, él siempre llevaba su máscara, incluso consigo mismo. Me costó mucho encontrar la verdadera emoción subyacente”.
“Creo que estaba bastante vacío por dentro. Era alguien que ansiaba poder, que quería validarse. Pero siempre se ponía la máscara. Siempre se daba un papel que interpretar, una máscara que usar. Para mí, eso también fue bastante doloroso porque constantemente utilizaba a otras personas, causando dolor y sufrimiento a quienes lo rodeaban”.

Para Marinelli una ayuda fundamental fue la del director, Joe Wright. “Está completamente dedicado al arte, al teatro y al cine. Me cautivó su genio artístico y emocional. Me ha ayudado muchísimo. Nunca lo habría logrado sin él. La confianza y la sensación de bienestar que me brindó fueron esenciales. Sin eso, no habría podido dar ni un paso adelante. Es importante que todos los actores tengan un ambiente donde se sientan protegidos y escuchados. De lo contrario, expresarse puede ser difícil”.
Entrando en la historia misma, para Marinelli la clave del ascenso del fascismo y las ultraderechas es porque muy pocos logran advertir el peligro que representan, minimizándolo. “Lo subestimaron como persona y el fenómeno que finalmente provocó, el cual acaba aplastando a todos. Para mí, la serie es una invitación a no subestimar nada, ni siquiera las cosas que parecen irrelevantes o pequeñas. A lo largo de la historia, cada vez que algo se ha subestimado, las consecuencias han sido trágicas y dolorosas”.
“Algunos discursos pueden parecer graciosos, pero si se analizan cuidadosamente en su esencia, muestran toda su falta de escrúpulos. No son divertidos, no hablan de cosas graciosas. Su tono nos haría creer lo contrario, pero no es cierto. A veces usamos momentos de humor negro porque así es la vida. La vida no siempre es seria. Nos reímos con un político y, de repente, terminamos en tragedia. Creo que usar estos diferentes matices es bastante valiente y honesto, porque así es la historia. Si lees esta historia, a veces te impactará cómo sucedieron las cosas. En cierto modo, fue una comedia negra, una comedia trágica. La vida a veces puede ser una comedia trágica”.
La serie Mussolini. Hijo del siglo ya tiene todos sus capítulos disponibles en Mubi.
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