En Polonia, había mucho en juego. El Betis, por ejemplo, iba por su primer título continental. Pellegrini también. El Chelsea, más ducho en este tipo de definiciones, al menos desde el punto de vista de la historia, tampoco pensaba dejar pasar la oportunidad. La Conference League es el tercer torneo de clubes en importancia en Europa y sus premios son considerablemente menores a los que entregan la Champions y la Europa League, pero había un trofeo en juego, justo el que le faltaba (ya ganó los dos mencionados anteriormente). Por eso, cada uno se encargó de demostrar lo importante que era, cada uno tenía sus razones. Y así fue que terminaron protagonizando un partidazo.

El detalle, si se quiere, es que el ganador fue distinto al que se esperaba en España y también en Chile. Una contundente segunda etapa de los Blues fulminó la ilusión del Ingeniero y los suyos. La final terminó en goleada: 4-1 para los ingleses.

El pupilo destroza al maestro: Maresca y el Chelsea dinamitan la ilusión de Pellegrini y el Betis

Los ingleses, por ejemplo, salieron a demostrar autoridad. Intentaron presionar en campo ajeno desde el primer minuto y avisaron tempranamente que asediarían el arco de Adrián. La escuadra del Ingeniero (quien en su momento de gala prefirió el buzo), aunque obligada a replegarse por la agresividad del rival, igual se las ingenió para visitar a Jorgensen. De estudio, en los primeros minutos, nada. De conservadurismo, tampoco. Enzo Maresca quería lastimar a su maestro. El chileno no estaba dispuesto para insolencias.

El Betis, sacó primero temprano. En los 9′, hizo estallar a los miles de hinchas que lo acompañaron, después de lo único que no se puede prever en una definición: un error. Una pérdida en la salida de Malo Gusto por el sector central de la zaga del Chelsea, permitió que Isco guiara notablemente el estiletazo inicial. Abde Ezzalzouli definió el regalo con un zurdazo inatajable.

El Betis tomó aire. Y consolidó convicciones. Bartra, en los 13′, exigió un tapadón de Jorgensen. Aunque tampoco se complicó, luego, al momento de replegarse, resistir los ataques del rival y revolear la pelota hasta donde llegara. Ese bloque lo completaba Ricardo Rodríguez, el defensor suizo de origen chileno que nunca fue considerado por la Roja. Y ahí emergía otro concepto clave en los equipos de Pellegrini: la disciplina táctica.

Si necesitaba talento, le bastaba con Isco. El exmadridista regaló clase en cada intervención y respondió a la obligación no escrita de responder al cartel que forjó en su trayectoria. Más adelante, la velocidad del autor del gol hacía sufrir a Malo Gusto.

Sobre el final de la primera etapa, los andaluces se olvidaron del balón y se dedicaron a defender. Con algunos sobresaltos, consiguieron el objetivo de irse a las duchas con el arco invicto, ante la señal de Pellegrini de que el tiempo se había terminado.

A resistir

En el segundo tiempo, el Betis intentó sorprender de entrada, con una agresiva disposición. Sin embargo, si el balón estaba en poder de los ingleses, la instrucción de Pellegrini se ejecutaba casi como un automatismo: retroceder hasta campo propio. En la defensa bética ya no estaba Ricardo Rodríguez, sustituido por Romain Perraud, en los vestuarios.

Cada minuto funcionaba en dos sentidos: para los españoles, una bendita cuenta regresiva. Para los británicos, segundos menos de opción para revertir el panorama. En ambos casos, la coincidencia estaba en la creciente tensión.

La inclusión de Jesús Rodríguez terminó por concretar una señal: Pellegrini cambió a toda la banda izquierda.

Segundos después, la polémica: una salida de Adrián terminó con las manos del arquero en el balón y, luego, llevándose por encima a Jackson. Los ingleses reclamaron penal (Badiashile fue amonestado), pero el juez Peljto desestimó los alegatos. Natan, de pasada, salvaba el arco del Betis de una segura caída. Y Adrián zanjó el momento más angustioso ante un disparo de Jackson. Todo en los 57′. Pellegrini, de brazos cruzados, esperaba que su estructura no se desplomara.

Maresca jugó sus cartas. Ingresaron James y Sancho, aunque el gol terminó siendo una rareza en términos futbolísticos: un notable pase de Palmer encontró a Enzo Fernández en posición de centrodelantero. Con un cabezazo que engañó a Adrián, el campeón del mundo igualó el marcador cuando parecía que los caminos estaban cerrados. En los 66′, la cuenta estaba 1-1.

Aunque el marcador mostraba igualdad, el Chelsea jugó con el impulso anímico de haber logrado la paridad. Y en los 70′, Jackson metió la cabeza por delante de las manos de Adrián, después de otro centro de Palmer por la derecha. El joven Rodríguez pagó caro la inocencia y se comió un par de amagues ante el envío que, en la práctica, fue más de la mitad de la conquista. Golazo y a celebrar.

Pellegrini volvió a mover el tablero. Ahora, desde la necesidad. Ingresó Rubial para intentar recuperar la contundencia, aunque lo que se vio fue una fragilidad defensiva que casi fulmina la esperanza anticipadamente: en los 77′, Jackson se fundió justo cuando en sus pies tuvo la opción del tercero. Jadon Sancho, uno de los revulsivos que incluyó Maresca, venció a su compañero: marcó el tercero, a siete del final reglamentario. La fiesta la cerró Caicedo en tiempo adicional.

El trofeo viajaba a Inglaterra. Pellegrini masticaba la decepción.

Betis

Adrián; Sabaly, Barta, Natan, Rodríguez (46′, Perraud); Fornals (86′, Altimira), Cardoso (85’, Lo Celso); Antony, Isco, Ezzalzouli (53′, J. Rodríguez); Bakambu (72′, Aitor Rubial)

DT: Manuel Pellegrini

Chelsea

Jorgensen; Gusto (46′, James), Chalobah, Badiashile (60’, Colwill), Cucurella; Caicedo, Fernández; Pedro Neto (60′, Sancho), Palmer (87′, Guiu) Madueke; Jackson (79′, Dewsbury-Hall)

DT: Enzo Maresca

Goles: 1-0, 9′, Ezzalzouli, con un zurdazo; 1-1, 66′, Enzo Fernández, con un cabezazo, ante centro de Palmer; 1-2, 70′, Jackson, con un cabezazo, después de centro de Palmer; 1-3′, 83′, Sancho, con un derechazo; 90′+1, 1-4, Caicedo, con un derechazo

Estadio: Tarczynski Arena Wroclaw. Dirigió Irfan Peljto (BOS), quien amonestó a Badiashile, Sancho y Palmer, en el Chelsea; y a Antony y Perraud, en el Betis.