
El PSG quiere su primera Orejona: borra al Arsenal y enfrentará al Inter en la final de la Champions League
De la mano de Luis Enrique, Paris Saint-Germain se instala en la definición de la Liga de Campeones por segunda vez en su historia. Derrotó a los Gunners por 2-1 (global de 3-1) y sacó pasajes para el gran choque del próximo 31 de mayo, en Múnich.
La Champions League 2024-2025 tendrá una final inédita. El Paris Saint-Germain se convirtió en el segundo invitado a la fiesta del próximo 31 de mayo, en Múnich, para enfrentarse al Inter de Milán por el máximo cetro del fútbol europeo a nivel de clubes. Los franceses derrotaron al Arsenal por 2-1 (global de 3-1) y se instalan en el gran duelo, ese que nadie se quiere perder.
Tras la impresionante serie eliminatoria entre los italianos y el Barcelona, que acabó con la clasificación nerazzurri, faltaba por determinar al otro finalista y el campeón francés llegó con la ventaja de 1-0 obtenida la semana pasada, en Londres. En este cara a cara entre dos entrenadores españoles (Luis Enrique y Mikel Arteta), ambos equipos contaban con algo en común: nunca han sido campeones de Europa.
Con patrones comunes en sus respectivos estilos, era una llave donde podía pasar cualquier cosa. Los Gunners, que se dieron el gusto de eliminar al Real Madrid en la fase anterior, volvieron a apostar por Mikel Merino como falso 9, apoyado por Saka y Martinelli por las bandas. Mientras que el local sorprendió con la ausencia, en la titularidad, de Ousmane Dembélé (la demarcación del centrodelantero la usó Doué).
El arranque del Arsenal fue muy positivo, obligando a que apareciera la figura de Gigi Donnarumma para ser el sostén del PSG durante los minutos iniciales (tuvo una genial atajada a Odegaard, en los 8′). La presión de la visita arrinconaba a los franceses. El problema para el equipo de Londres es que ese periodo de superioridad no lo reflejó en goles. Su pulcro manejo de la pelota no se tradujo en eficacia.
De a poco, los parisinos fueron saliendo del sofocón y empezaron a equiparar las acciones. Luis Enrique, con el ADN del Barcelona, gusta del buen toque de balón, de trabajar la posesión, pero también tiene como herramienta ofensiva la transición rápida. Cada salida hacia campo rival era un peligro vivo para la defensa cañonera. En los 17′, un remate de Kvaratskhelia dio en un poste, avisando lo que se venía.
En los 27′, el español Fabián Ruiz convirtió la apertura del marcador con un potente disparo de zurda. El mediocampista se acomodó, se sacó la marca de Martinelli y fusiló a David Raya para el 1-0 parisino, que era un 2-0 en el marcador global. Con el 46% de posesión de balón, pero con más remates a portería, el campeón galo se adaptó a las circunstancias (una semifinal de la Copa de Europa) y no desentonó. Tras un primer cuarto de hora complejo, se soltó y tomó las riendas.

Ante cada acercamiento del Arsenal, apareció Donnarumma. En el complemento volvió a brillar con una gran atajada, ante un remate cruzado de Saka. En los 65′, el PSG tuvo la opción de sentenciar la serie porque se sanciona un penal vía VAR, por mano del joven lateral Lewis-Skelly. Ejecutó el portugués Vitinha y el golero Raya adivinó, desviando el remate. Pero pasaron algunos minutos para que, finalmente, el elenco de capitales qataríes diera con el 2-0.
Achraf Hakimi, como si fuera el mejor de los delanteros, sacó un remate ajustado dentro del área en los 72′ para clavar el segundo gol, encaminando el triunfo de los franceses. El Arsenal logró descontar a través de Saka, en los 76′, pero esa reacción fue tardía. Martin Odegaard desapareció del partido y Declan Rice tampoco influyó en la elaboración. A los Gunners les pesó no contar con más variantes en ataque.
Este Paris Saint-Germain que se ha construido en base a la suculenta billetera de Medio Oriente, paradójicamente, llegó nuevamente a la final de la Champions sin las grandes estrellas que alguna vez fichó para hacerse todopoderoso (Neymar, Messi y Mbappé). Más que ser un elenco con grandes individualidades, de la mano de Luis Enrique se erigió en un equipo.
Será la segunda final del PSG. En 2020, cayó con el Bayern Múnich en Lisboa, en aquella edición exprés que se realizó en medio de la época de la pandemia. El cuadro más poderoso de la Ligue 1 tiene la chance del triplete (ya ganó la Liga, más la Copa local y la Champions), pero por sobre todo alcanzar el gran deseo de sus propietarios: ser el número uno de Europa. Claro, si el corajudo Inter de Milán de Simone Inzaghi lo permite.
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