Educación

La dramática falta de técnicos en Chile

El avance tecnológico ha agudizado una paradoja: mientras el 45% de los estudiantes elige carreras técnicas, la universidad se mantiene como primera opción, limitando la formación de los perfiles más demandados por el mercado.

La dramática falta de técnicos en Chile

Durante más de una década, la referencia obligada sobre la falta de técnicos en Chile fue un estudio de la Sofofa de 2012, que hablaba de 600 mil puestos.

Consultada por LT Educa, la Subsecretaría de Educación Superior entregó ahora un diagnóstico oficial actualizado y mucho más acotado sobre la base de cifras entregadas por la Subsecretaría del Trabajo: la proyección se reduce a menos de la mitad.

Según la Encuesta de Demanda Laboral 2024–2025 de la Subsecretaría del Trabajo, alrededor del 12% de la demanda laboral corresponde a titulados de carreras técnicas de nivel superior o profesionales. El mismo estudio proyecta que, de acuerdo con las necesidades de las empresas, cada año se necesitarán 240 mil técnicos, una demanda que el sistema formativo no logra cubrir.

La dramática falta de técnicos en el país

La brecha no se explica solo en cifras. Cada año miles de estudiantes egresan del sistema técnico-profesional, pero no todos logran insertarse de inmediato. Algunos quedan fuera por falta de prácticas, otros prolongan su trayectoria en la universidad y varios terminan reconvirtiéndose hacia áreas distintas.

A ello se suma la alta rotación en sectores clave, la necesidad de actualizar competencias de manera permanente —sobre todo digitales— y la distancia que todavía existe entre lo que enseñan los programas y lo que pide el mundo productivo.

Para el sector productivo, el gran desafío es la pertinencia. “Hemos detectado que existe una creciente brecha entre lo que las empresas demandan en términos de competencias y lo que está saliendo de los centros de formación técnica o los liceos técnicos”, advierte José Esteban Garay, gerente general del OTIC de la Cámara Chilena de la Construcción.

Esa distancia se ha agudizado con la irrupción tecnológica: mientras las empresas adoptan nuevas herramientas con rapidez, los programas formativos suelen permanecer estáticos. “Eso deja obsoletos los planes de estudio. Y ahí cumplimos un rol fundamental desde los OTIC: acercar las necesidades reales de las empresas con los oferentes, para que estos jóvenes puedan encontrar trabajo y desplegar plenamente sus capacidades”, agrega.

Trayectorias en transformación en la formación de técnicos

El déficit de técnicos ha obligado a las instituciones a repensar su oferta. Ya no basta con abrir nuevas carreras o aumentar cupos: la reconversión laboral se ha instalado en el corazón de la educación técnica.

Álvaro Fuenzalida, rector del Instituto Profesional IACC —con más de 17 años de experiencia en educación 100% online—, describe el nuevo perfil de sus estudiantes: adultos que estudian mientras trabajan y que ya cuentan con experiencia previa. “Nuestros estudiantes enfrentan desafíos personales, familiares y laborales. Son personas con coraje, resiliencia y persistencia, cualidades fundamentales para completar exitosamente un programa técnico en modalidad online”, señala.

Los datos, asegura, respaldan esa apuesta: el 70% de sus titulados ha mejorado su situación laboral al año de egreso, ya sea en cargo o en renta. La clave, agrega, está en tres pilares de su modelo educativo: “contenidos pertinentes para su contexto laboral, una plataforma tecnológica accesible y flexible, y un acompañamiento durante todo el proceso formativo.

Esa lógica de transformación también se refleja en Duoc UC. Para Gastón Ramos, director de Operaciones Académicas, los años de trabajo pueden ser el punto de partida de un nuevo ciclo educativo. “La experiencia laboral en una tarea específica puede perder valor con el tiempo, pero puede transformarse en la base de una reconversión y en un nuevo impulso profesional”, afirma.

Con esa mirada, la institución ha fortalecido los mecanismos de reconocimiento de aprendizajes previos, que permiten a personas con trayectoria convalidar conocimientos y avanzar hacia un título técnico o profesional. Aunque el ingreso por esta vía aún es limitado, Ramos insiste en que es estratégico: “La motivación de quienes buscan reconocer su experiencia suele estar ligada a obtener un título que les abra mayor movilidad laboral y la puerta a otras experiencias educativas”.

Este rediseño no solo ocurre en los institutos profesionales, también en las universidades que han decidido entrar al campo técnico.

20 Marzo 2025 Estudiantes Universitarios Foto: Andres Perez Andres Perez

Las universidades también ofrecen carreras técnicas

En paralelo, cada vez más universidades han incorporado programas técnicos. Hoy son 19 los planteles que imparten esta formación: a las tradicionales, como la U. Santa María o la U. de Santiago, se han sumado privadas como la U. de Las Américas o la U. Mayor. Esta última integró en 2022 la formación técnica a su modelo institucional, con programas breves, 100% online y diseñados junto a empresas, gremios y expertos. “Nuestra oferta técnica está centrada en competencias demandadas por el entorno productivo, social y tecnológico”, explica Rodrigo Molina, director académico de la Facultad TecMayor.

En estas tres experiencias hay un hilo común. La respuesta no es solo más matrícula, sino trayectorias más personalizadas, más cortas y más conectadas con el mundo del trabajo. Y con una meta compartida: que ningún conocimiento acumulado —ni en la práctica, ni en la experiencia— se pierda por falta de reconocimiento institucional.

El diagnóstico también llegó al gobierno. Para el subsecretario de Educación Superior, Víctor Orellana, las carreras técnico-profesionales ya no deben entenderse como una vía secundaria, sino como un itinerario estratégico. “Están cada vez más asociadas a las profesiones emergentes y del mañana”, subraya.

Esa mirada debe traducirse en políticas públicas orientadas a trayectorias más dinámicas y articuladas, capaces de vincular de mejor forma las necesidades productivas del país, la pertinencia territorial y la oferta académica, respetando siempre la autonomía de cada institución, explica el subsecretario. “Veremos nuevos casos: personas que inician su carrera técnico-profesional después de un doctorado, o que comienzan en la universidad y luego se especializan en la educación superior técnica-profesional”, anticipa Orellana.

El déficit de técnicos no es solo una cifra: es un límite al crecimiento productivo del país. La respuesta no pasa únicamente por aumentar matrícula, sino por formar con programas pertinentes, trayectorias flexibles y un vínculo real entre educación y empresa. La señal es inequívoca: cada año se necesitarán 240 mil técnicos, y hoy el país no tiene cómo cubrirlos.

Más sobre:EducaciónTécnicosEducación técnicaCFTIPFormación técnicaOficiosInstituto profesionalCentros de Formación TécnicaEmpleoTrabajoVocación

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

Contenido exclusivo y análisis: suscríbete al periodismo que te ayuda a tomar mejores decisiones

Oferta Plan Digital$990/mes por 3 meses SUSCRÍBETE