7 ACCIONES SALUDABLES
Que como humanos somos actores protagonistas de este mundo, lo sabemos desde siempre. Que nuestras conductas, actos y costumbres influyen en él, es algo que se nos viene repitiendo hace un buen tiempo. Entonces es momento de entender qué es lo que hacemos, darnos cuenta de que con pequeños cambios -aunque sean mínimos- nos conectamos de otra forma con el medioambiente e incluso con nuestros propios cuerpos. Aquí 7 acciones comestibles que nos hacen tomar conciencia del habitar el entorno y del cuidado propio con lo que tenemos a la mano.
VOLVER A LA COCINAR.
Sí, sabemos que el tiempo no alcanza para nada. Que estamos consumidos por otras actividades y que el cocinar pasa a ser, muchas veces, casi un lujo. Pero cuidado. Hay que preguntarse: ¿esto nos lleva a comer alimentos procesados? Si la respuesta es sí, por favor alármese. La comida procesada tiene tantos conservantes como sucedáneos que al final operan en contra de nuestro organismo y de paso nos convencen de una alimentación buena que no es real. Al volver a cocinar, primero, sabemos lo que preparamos, cómo lo hacemos y finalmente qué ‘entramos’ a nuestro cuerpo. De paso mantenemos tradiciones culturales importantísimas y enriquecedoras que nos construyen como individuos, entregándonos identidad. Se trata de hacer y congelar, por ejemplo, si el tiempo apremia. Se trata de calcular para varios días manteniendo un plan de alimentación que puede y debe ser mucho más beneficioso para la salud. Al mismo tiempo, se impresionarán de la economía que resulta dejar de lado lo preparado.
FERIAS, COMER LOCAL Y ESTACIONAL.
Si usted no se ha dado cuenta de que la fruta y verdura es mejor en ferias que en supermercados, vaya a darse una vuelta a una o pegue un mordiscón a algún producto y entenderá de inmediato. Sí, es más trabajo y no tenemos todo en un mismo lugar, pero cuidado, por lo general en ferias usted puede encontrar desde pequeños productores con venta directa (como pasa en la Eco Feria de La Reina o en los eventos de Pilgua que se anuncian en Facebook) hasta una frescura indiscutible que invita a disfrutar mucho más gozosamente de lo natural. Tema aparte son los precios más bajos y la cercanía con el casero y actos que llegan al alma. Otro aspecto fundamental es que la feria celebra la producción local, lo cercano, lo de temporada, un reloj estacional que invita a comer lo que está en estación, hoy en día prácticamente una regla para una alimentación consciente.
FILTRAR EL AGUA EN VEZ DE COMPRARLA.
¿Razones? Múltiples. El boom del agua embotellada empezó hace unos 6 años aquí en Chile, bastante antes en los países desarrollados, lo que implicó de inmediato alertas ambientales por el desecho de botellas plásticas que conlleva. Esa es la razón más poderosa para evitar su consumo, una botella de plástico tarda de 100 a 1.000 años en degradarse. Así de impresionante y entendible que hoy en día se les vea como una plaga. ¿Qué hacer? Filtrar el agua potable. Entendamos que el agua potable está rigurosamente fiscalizada por organismos de salud y eso es constante, es algo tan básico como no enfermar a la gente con el elemento más vital de la vida cotidiana. Ahora, su filtrado quita el sarro que tiene que, si bien no es dañino para la salud, sí modifica el sabor de los alimentos que cocinamos en ella y estropea ollas, hervidores y demases, alterando su uso y vida. Además, y no menos importante, el simple filtrado (desde jarros que venden en el supermercado a filtros que se instalan en el lavaplatos) modifica el sabor haciéndola más pura, igual que muchas de las aguas que usted compra que lejos de tener minerales originarios de fuentes naturales solo están purificadas. Ahorremos dinero y desecho.
PESCADOS QUE HAY QUE EVITAR O AL MENOS CUIDAR.
La pesca desmesurada amenaza nuestros mares en diferentes aspectos. Por un lado, y el más lógico, se habla de la extinción de peces que por diversos motivos y en momentos concretos pasaron a estar ‘de moda’, provocando un consumo desmedido de ellos. Es así como se nota que ya no quedan atunes de grandes tamaños como se veían antes. Qué decir de los pequeños como las anchoas o las sardinas, que fueron exterminadas por usos secundarios. Es verdad que muchos de ellos son responsabilidad de diversas industrias. Pero no deja de ser cierto que el consumo personal también debiese ser cuidado. Vamos por lo fresco y lo estacional. Por cuidar las tallas de los pescados (hoy una merluza en nuestro Mercado Central tiene el porte de un pejerrey, eso no se puede comprar, casi como mandato). De la misma forma, preocuparse de los orígenes. Adiós a los pescados no locales (y en un país como el nuestro es ridículo comer pescados extranjeros) como los de cautiverio, alimentados de manera continua y constante con lo mismo haciendo que desde su cantidad de grasa a su consistencia y color cambien. Hoy hay que decir no a los portes no indicados (en Internet hay millones de datos que lo indican), a lo que está en veda (por ejemplo en septiembre está la merluza en Chile), a lo que recorrió demasiados kilómetros para llegar a su plato.
NO DESPERDICIAR.
Las cifras de despilfarro en comida mundial son terroríficas, por decir lo menos. Se calcula, según la FAO, por ejemplo, que un tercio de todos los alimentos se estropea antes de ser consumidos (de ahí que brillantes países ya tengan tiendas con alimentos vencidos pero perfectamente consumibles, como Dinamarca). Por otra parte, y según Oxfam Intermon (ONG internacional que trabaja para erradicar la pobreza), se calcula que en Estados Unidos se botan más de 40 millones de toneladas al año, algo que alimentaría a más de un millón de personas que padecen hambre. Entonces son varias las acciones a tomar para contrarrestar esto, y todo apunta a lo mismo: la compra. Adquirimos más de lo que comemos, por lo tanto botamos más y al mismo tiempo demandamos más producción. Apegarse a lo necesario es lo básico, hacer cálculos reales de lo que se va a comer desde lo que se lleva a la casa a lo que se sirve en el plato. Nada debiese ser botado. De paso, apegarse a una lista de compras, por ejemplo, ayuda a no caer en las redes de MKT del comercio que seduce constantemente con el incentivo del consumo.
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