Imitada, jamás igualada. Tal cual, esta lámpara en los últimos diez años ha sido copiada hasta el cansancio, desde versiones en proporción reducida, hasta casi exactas. Casi, porque lograr la gracia del diseño original es difícil y caro. En primer lugar, la piedra que la sostiene es nada menos que mármol de Carrara, su inclinación perfecta y el tamaño majetuoso.

Fue diseñada en 1962 por los hermanos Pier Giacomo y Achille, según quienes ésta tenía las cualidades de una lámpara de techo, sin serlo. De hecho, la intención original de su diseño era iluminar una mesa, manteniendo por lo menos una distancia de dos metros en la base y así no molestar a los comensales.

Su luz es directa y el pie telescópico en acero inoxidable satinado, mientras que el reflector orientable y regulable en altura es de aluminio pulido y pavonado. El dimmer electrónico, que está en el cable, regula la intensidad luminosa.

Si quiere comprar la original, además de hacerlo en las tiendas que comercializan Flos, lo puede hacer en el MoMA o en su sitio web.

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• Flos, una de las marcas más especializadas en luminarias, surgió en 1962 en Merano, Italia. Allí se reunieron Dino Gavina y Cesare Cassina, con la intención de producir lámparas modernas. Para esto pidieron colaboración a Achille y Pier Giacomo Castiglioni y Tobia Scarpa.

• Entre sus primeras experimentaciones se encuentra el Cocoon, un nuevo material con una alta resistencia plástica.

• En 1964 se incorpora a la empresa Sergio Gandini y la sede se transfiere a los alrededores de Brescia. En 1968 abre el primer negocio Flos en Milán. El logo es diseñado por Pino Tovaglia, mientras que de los catálogos se ocupa Max Huber.