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Contraste

Cuenta que nació rodeada de cosas lindas, que tiene un alma esteta y que logró el sueño de estudiar Historia del Arte en la ciudad de Florencia. Todo lo anterior se refleja con creces en su casa en La Dehesa, donde sus gustos, aunque opuestos, conviven con genialidad y hacen del contraste un estilo. Esta es la casa de Colomba Bezanilla, periodista y decoradora innata.

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Identidad es la palabra que se luce, una cualidad innegable de esta casa de La Dehesa. Su dueña, la periodista Colomba Bezanilla, reconoce que su personalidad gozadora, intensa, audaz y esteta se refleja en la forma en que ambienta su casa y en cómo la vive. De contrastes, así se resume su manera de ser.

Amplios sofás  vestidos informalmente con linos y variados cojines se combinan con una lámpara de Contemporáneo de Patricia Vargas, una mesa de centro de madera lacada negra.

Vive aquí hace seis años junto a su marido y sus hijos José, Paloma y Gracia, en una casa del sector más consolidado de La Dehesa, con vista a la cordillera y bordeando un antiguo canal de regadío rodeado de sauces.

"Aquí reflejo mi personalidad; el living es más bien clásico, el comedor étnico, las piezas de las niñitas ultrafemeninas y la mía, rústica-elegante. Simplemente mezcla. Yo soy así, conservadora pero medio bohemia, clásica pero audaz, soy vehemente, catete, gozadora y llorona", afirma Colomba con honestidad.

Un estilo más étnico se refleja en el comedor, con una mesa cuya base es diseño de la filipina Debbie Palao y un arrimo de madera de la tienda Deco Asia.

Un aspecto que también transporta a su exitosa vida laboral y que la ha  hecho recorrer un camino extenso, desde su paso por la publicidad para televisión, distintas empresas, hasta su actual cargo de directora de comunicaciones del estudio de abogados Claro y Cía. Una vida que cambia constantemente, así es el espíritu de Colomba, algo que se repite también en la decoración de su casa, donde ha logrado generar un acogedor ambiente que rota con el tiempo pero a su vez conserva lo que es bueno.

Sillas de madera Cruz Montt, un kilim ruso, una mesa de resina y hueso diseñada por Luis Fernando Moro y una antigua virgen policromada, por nombrar algunos ejemplos, se mantienen desde siempre junto a elementos que rotan o llegan. "Me gusta cambiar, mover y reciclar, comencé con los regalos de matrimonio y de a poco he ido comprando y buscando cosas. En las noches, cuando todos duermen, deambulo moviendo cuadros, desarmando cortinas y pensando en nuevas decoraciones", dice.

El frondoso jardín que se une al entorno del río que fluye cerca de la casa, fue diseñado por la paisajista Pía Passalacqua en base a diferentes espacios de estar, como terrazas y un quincho.

La materialidad es lo que se mantiene. A la hora de buscar una nueva pieza decorativa Colomba siempre piensa en la naturalidad de ésta. Por eso, en esta casa podemos encontrar los más exquisitos linos, arpilleras, nobles maderas, piedra y paja.

Su última adquisición fue una raíz de teca que ubicó como mesa de centro en la terraza que da a su pieza, la que, después de buscarla por mucho tiempo, encontró en una tienda por casualidad. "Me la había imaginado, la encontré botada, llena de polvo y telarañas en una bodega de una tienda, la compré, la subí al auto y ese mismo día me quedé lijándola hasta las tres de la mañana", describe Colomba.

INSPIRACIÓN

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