Donde surge todo
Tribeca es un barrio en Nueva York que originalmente fue industrial. Hoy, además de residencias de famosos, aloja tiendas, galerías de arte, bares, restaurantes y el estudio de la diseñadora Pola Thomson. En el edificio que alguna vez fue una fábrica de máquinas de coser tiene su centro de operaciones esta chilena que partió hace un par de años dejando un gran camino recorrido acá, para seguir uno nuevo allá.


“Hay lugares que te atrapan. Y este fue uno de esos. El edificio tiene un magnetismo increíble, la fachada con sus columnas, los escalones metálicos en la entrada. Todo es muy típico de Nueva York”, cuenta Pola Thomson sobre la primera vez que vio este lugar. “Una vez adentro, la luz de los ventanales fue uno de los elementos que me cautivaron, igual que la atmósfera”, recuerda. En este estudio es donde esta diseñadora, que durante años vistió a la generación que hoy ronda los 30 y tantos de Pituqui-Pinaqui, comenzó a fraguar la marca que lleva su mismo nombre y que el año pasado mostró nada menos que en la semana de la moda de París y que revistas Harper’s Bazaar y Metal han fotografiado.
Hace más de dos años que PolaThomson llegó a vivir a Nueva York con la idea de estudiar en Parsons School of Design. Las clases todavía no empezaban, así es que tomó unos cursos y prácticas y comprendió cómo era la cosa en las grandes ligas de la moda. Esta ardua inducción le dio la fuerza y experiencia suficientes para lanzarse con lo suyo en este lugar.
Ubicado en Tribeca, nombre que hace referencia a Triangle Below Canal (triángulo bajo la calle Canal), una zona del área baja de Manhattan y que hasta los 60 fue más bien industrial, “hoy es residencial y está asociada a la industria del cine. Aquí se hace el Tribeca Film Festival, de hecho muchas estrellas viven por el barrio y es común verlas. Hay lugares para comer o ir por un cóctel buenísimos y muy cerca, el mismo Tribeca Grand Hotel está en la esquina cruzando la calle”.

¿Cómo ha influido NY en tu método de trabajo como diseñadora?
La misma dinámica de la ciudad exige que todo sea organizado y sistemático a la hora de trabajar, saber qué es lo que se quiere y tomar decisiones en el instante.
Ser constante y conciso para ir al ritmo del calendario internacional, es crucial. Todo esto agudiza los sentidos, siempre se está alerta, uno aprende a adelantarse, pensar ahora y entender el mañana. A fin de cuentas, las colecciones llegan a las tiendas casi un año luego de que son concebidas.
¿Qué cosas últimamente te han provocado inspiración y cómo se han traducido en tu trabajo?
La interacción con artistas chilenos, tanto en Santiago como Nueva York, y la relación que se establece con el circuito americano y europeo. Esto hace mucho sentido con la dinámica que he experimentado estas últimas temporadas, en que he repartido mi tiempo entre Santiago, Nueva York y París. Las estadías y viajes siempre cambian mi perspectiva y modo de crear.
El contacto con Chile en esta última visita fue especialmente conmovedor. Pasó también que hubo una tormenta durante mi estadía en Santiago y casualmente algo similar sucedió en NY a mi regreso.
En esta última visita, Pola estuvo en Ropero Paula y se llevó todos los aplausos presentando una colección que fue calificada de “perfecta factura”. Para ella estar en contacto directo con las clientas de su país “fue una experiencia verdaderamente inspiradora. Fue fascinante poder sentir toda la energía del sobrecogedor reconocimiento en Chile después de dos años de trabajo en Nueva York”. Trabajo que, por supuesto, no se detiene como el ritmo de Nueva York y sus planes: ya está preparando el lanzamiento de su nueva colección primavera-verano 2013, “y la posibilidad de crear una colección cápsula en colaboración con una marca de mayor distribución”, cuenta.
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