Editorial
Fin de semana largo, ¡bienvenido! Momento ideal para planear salir fuera de la ciudad, a la playa, el campo, la nieve, por el día, por los tres, por lo que pueda. No solo para desconectarse, sino que, casi más importante, para respirar aire limpio. Santiago no da para más. Lamentablemente uno ve los planes para combatir la contaminación y son en su mayoría reactivos, prohibir, restringir, como no prender chimeneas ni nada que queme leña (un básico que debería estar definido hace mucho; de hecho, no entiendo por qué aún se diseñan casas con chimenea, es tentar gratuitamente) o la restricción a los catalíticos, parar fuentes contaminantes conocidas, etc., etc. Pero, ¿dónde está la innovación, la anticipación, cómo promover energías limpias que sean asequibles a muchos?, ¿renovar la flota de buses por híbridos? Londres ya los implementó hace años, están ahí circulando, ¡copiemos lo bueno!
Porque esta situación no va a mejorar a menos que se desarrollen e implementen medidas eficientes y que generen un cambio en la forma que hacemos las cosas. Yo feliz me iría al trabajo en metro o bus todos los días, si eso no significara multiplicar por tres mis tiempos de desplazamiento (he hecho el ejercicio, buscando distintas combinaciones, y no da por ningún lado). Da pena, risa, pero sobre todo frustración ver que la medida más publicitada estos días para evitar las preemergencias sea hacer los asados en parrilla eléctrica, gas o al horno. No soy experto, pero sí creo estar seguro de que esa no es la solución.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.