Tengo en las manos el nuevo libro de Francisco Silva, Reciclaje de Barrios: El Golf, y al pasar las páginas, la sensación con la que me voy quedando es la de un barrio bien hecho y bien pensado, desde sus orígenes. Un sector que nació con una estética definida, donde se trabajó la escala de cada casa, no solo en relación con el sitio donde iba a ser emplazada, sino que en proporción con las otras casas de la cuadra, con la calle y con el paisajismo propuesto.

Inevitablemente hay un cierto aire de nostalgia por algo que fue, pero ya cambió; sin embargo, más que mirar para atrás, lo bueno es ver hacia adelante teniendo en mente que la armonía de las formas y la escala humana siempre generan un buen proyecto. El Golf es reflejo de ello.

Todo esto me lleva a un tema que traemos en este número. Conversamos con Francisco Monge y Felipe Mekis, no porque tuvieran proyectos específicos que quisieran mostrar, sino porque ambos desde su especialidad representan lo mismo que El Golf, la armonía, el buen gusto sin estridencias y una trayectoria en su obra que puede seguirse de manera lineal. Ambos reconocen influencias familiares, sobre todo por haber crecido en ambientes donde la decoración era tema y el buen gusto estaba ahí, al alcance de la mano. Para nosotros era interesante tener la visión de dos profesionales que son herederos de un sello, especialmente porque en Chile linajes de mueblistas o arquitectos casi no existen, los contamos en una mano y sobran dedos. Por eso es que valoramos conocer su experiencia, su visión y el modo en que desarrollan hoy sus nuevos proyectos.