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Entrevista: ¿Santiago sustentable?

El Transantiago, el Metro, los autos? Todos, medios de transporte que usamos día a día, pero que según Patrick Condon, experto en ciudades sustentables y académico de la British University of Columbia, ?enferman a la ciudad?. Quizás la solución es más evidente, nosotros no la vemos. Con más de la mitad de la población mundial viviendo en ciudades, invertir en diseño para posicionar ciertas comunas en espacios atractivos e innovadores podría ser una de ellas.

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El pasado 5 de junio se celebró el Día del Medioambiente, y Chile nuevamente aparece en el fondo del ranking de calidad de vida de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), y tal vez como un llamado de alerta fue que aterrizó en nuestro país Patrick Condon, quien ha llevado una lucha constante durante más de 30 años realizando proyectos y haciendo cambios reales en ciudades como Vancouver, transformándola en un ejemplo de sustentabilidad.

Desde su especialidad, Patrick ha impulsado para avanzar en aspectos legales asociados al diseño urbano sostenible, tanto en Canadá como en el extranjero. Ha sido expositor en innumerables ocasiones y autor de varios libros. El más reciente, Siete Reglas para Comunidades Sustentables (2010).

¿Qué sabes de Chile?

Santiago es enorme y con grandes posibilidades de hacer cosas, pero también tiene grandes problemas. Lo que he podido observar es que hay un tráfico imposible de llevar, que acarrea muchos problemas, no tan solo sociales y de la calidad de vida de los ciudadanos, sino que crea dificultades para transportarse en sí. Las personas  viven y trabajan en el otro extremo de la ciudad y gastan cinco horas al día solo en trasladarse. Además de la pobreza, que es otro gran problema.

¿Qué políticas a nivel mundial se están tomando?

Chile firmó -todos los países del mundo lo hicieron- un acuerdo de las Naciones Unidas para construir las viviendas green houses gases, lo que significa que los métodos de calefacción de cada casa sean verdes y que el  80% de estas lo consigan para el año 2050. Todos firmaron, pero no ha habido cambios; todo está en el papel, todos hicieron un gran compromiso, pero tiene que haber un cambio fundamental en los principios. Todos estamos obligados a llegar a esa meta, y no lo vamos a cumplir si no cambiamos. Sobre todo en transporte, no se trata de hacer todos los vehículos eléctricos. En suma, el 50% del gas proviene de autos y camiones. Y un tercio de lo restante proviene de los edificios.

Una de las propuestas centrales de tu último libro Siete Reglas para Comunidades Sustentables es volver al ‘tránsito lento’. ¿Cómo se lleva a cabo eso?

La mayoría de las personas piensan que el Metro es bueno, porque así no utilizan el auto, pero, a largo plazo, las autopistas y el Metro  incentivan a que las personas se esparzan y las distancias se agranden. Lo que hay que hacer es llevar esos dos sistemas para que funcionen de manera más eficiente, y que el movimiento entre ellos sea en distancias cortas.

En tus libros hablas de un cuestionamiento básico que es ¿dónde vamos a vivir en el futuro y de qué manera? Pero, por muy básico que sea, no todos se lo hacen. En un mundo cada vez más individualista, ¿cómo cambiar la manera de pensar de tantas personas?

Es una pregunta complicada, pero la mejor respuesta es que las personas no cambian porque tú se los pides, sino que cambian porque las cosas se les hacen más fáciles. En el caso de Vancouver, 80.200 personas se trasladaron a vivir al centro de la ciudad, no porque se lo pidieron; se reubicaron porque se hizo del centro un lugar increíble para vivir y accesible en precios. Es por esto que los ciudadanos y el gobierno deberían trabajar juntos. Va a ser costoso, pero despreocupándose del medioambiente y de los planes de urbanismo, el costo será mayor.

Dices que las ciudades están ‘enfermas’ y que hay que ‘restaurar la ciudad de los tranvías’ y ‘diseñar un sistema de interconectado de calles’. Sin embargo, para hacer este cambio el gobierno, tanto regional como nacional, tendría que invertir.

En países que no tienen dinero o que tienen otras prioridades, ¿cómo se puede llevar a cabo este cambio?

No debería costar más, de hecho, debería costar mucho menos. La mayoría del dinero no va a ser invertido por parte del gobierno, sino que por entidades privadas. Porque Santiago, en los próximos 50 años, va a tener el doble de habitantes. Dado esto, también se duplicará la cantidad de viviendas. Eso significa que alguien está invirtiendo en esas casas, y no es el gobierno, es por parte de privados. Y lo importante es direccionar esa inversión privada en lugares que tengas las condiciones para hacer ciudades sustentables. En el fondo, hay que localizar esa inversión y trabajar conjuntamente con quienes desarrollan los proyectos de construcción en una forma en que se arregle la ciudad. Esto permite debatir el hecho de poder construir cerca de los lugares en que trabajamos, para no tener que invertir en una nueva línea de metro y gastar dinero y horas al día en transportarse.

Has dicho también que te gustaría que la gente tuviera menos dinero. ¿Crees que esa sería una de las soluciones para cambiar nuestras ciudades?

Estamos en una cultura en la que gastamos en cosas que no nos están haciendo felices y hacen que el mundo sea menos sustentable. Estamos gastando mucho en autos, en autopistas, en casas que son demasiado grandes y lejos de nuestros trabajos, y eso influye en los impuestos que pagamos. En un futuro, me gustaría pensar que las familias gastarán menos en las cosas que te acabo de mencionar.

¿Qué es lo que le falta a Santiago para ser una ciudad sustentable?

Los chilenos deberían tener una visión en común y generalizada a nivel nacional, incluso sin la participación del gobierno. Que quienes amen Santiago y muevan masas, como algunos líderes de opinión, académicos o ciudadanos, cuestionen el cómo será su ciudad para el 2050. Porque mi impresión, hasta ahora, es que el gobierno no es capaz ni puede preguntarse eso, pero sí creo que ciertos intelectuales y profesionales están en posición de hacerlo.


LIBRO

En Siete Reglas para Comunidades Sustentables, trata de crear conciencia de que no podemos esperar más. El cambio es ahora, especificando que se puede partir por cambiar las ampolletas de tungsteno que hay en todas las casas por unas de bajo consumo. Según Patrick, es la única forma de que nuestros nietos vivan y vivan bien.

SOLUCIÓN

Siguiendo con la idea de vivir cerca de los lugares en que trabajamos, Patrick plantea en esta ilustración la idea de que los garajes de las casas se pueden convertir en oficinas o locales comerciales. También que todas estas viviendas tengan una ventilación pasiva mediante la succión del aire, lo que además de ventilar, permite eliminar la humedad del edificio.

SURREY BC

Ciudad de reciente diseño  al oeste de Canadá, la cual prioriza la eficiencia de energía en su construcción; utilizando paneles solares para el agua caliente y ventanas de triple panel como aislantes térmicos y acústicos.

Como base de toda propuesta de sustentabilidad, Patrick Condon hace mención a las tres E: Ecología, Economía y Equidad. De manera que todo problema relacionado con esta realidad requiere de soluciones que sean tamizadas bajo estos conceptos.

En Chile, entre 2016 y 2018 se añadirán 28 nuevas estaciones al sistema del Metro, 37 kilómetros de línea y 120 millones de viajes adicionales al año.

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