Espacio: Lujo silencioso
Para sintonizar con el espíritu del desierto de Atacama, el más árido del mundo, este hotel en San Pedro ha sabido conjugar su concepto de calidez, sencillez y lujo, con los componentes propios de este poblado atacameño. Un objetivo que mantiene desde que se creó y que hoy continúa con la construcción de las nuevas habitaciones Tilo, cuyo diseño estuvo a cargo del decorador Enrique Concha.


Uno de los hoteles en San Pedro de Atacama que gozan de una ubicación privilegiada, casi mística, es Alto Atacama. A tres kilómetros del pueblo, fue construido en 2007 en el Valle de Catarpe, encajonado entre dos imponentes cordones montañosos, uno de estos la conocida Cordillera de la Sal.
El entorno natural es único: las tonalidades rojizas propias del desierto, distintos verdes de la vegetación endémica y el azul profundo del cielo que caracteriza a esta región del norte son imágenes constantes que acompañan al huésped. De forma casi mimética al escenario que lo rodea, este hotel se concibió para ofrecer una experiencia integral con la cultura atacameña; en sus treinta recorridos por distintos lugares, en la gastronomía que ofrece en base a ingredientes locales, pero especialmente a través de su arquitectura, interiorismo y paisajismo, que hacen que el pasajero se conecte de inmediato con la esencia del Altiplano.
Un criterio que se ha mantenido desde los inicios y que ahora continúa con las diez nuevas habitaciones que recientemente inauguraron, llamadas Tilo. Aquí, al igual que en el resto de los espacios, se proyecta un ambiente similar a la imagen que se observa en los pueblos aledaños, en cuanto a texturas y tonalidades.
Diseñadas con mayor amplitud y confort, estas piezas se diferencian de las ya existentes, Quitor y Catarpe, por contar con 70 metros cuadrados, un patio con ducha al aire libre, terraza privada con vista a la laguna y jardines, además de su emplazamiento alejado de los espacios comunes, permitiendo mayor intimidad.
Su diseño estuvo a cargo de la oficina de Enrique Concha, quien para dar continuidad con el proyecto hotelero planteó un interiorismo de corte clásico que mantiene la unión entre la arquitectura y el paisaje sublime extremo.
Para esto se pensó en una mínima decoración para no contaminar la integración con el exterior y una selección de elementos propios de la zona, como el barro que reviste los muros y es obtenido en el mismo lugar, mobiliario y nobles telas que reflejan colores tierra, técnicas en base a brea, material vegetal de la zona, y una iluminación tenue donde las sombras cumplen la función de decorar las paredes. “Al recorrer los pasillos de las piezas se admira esa ausencia de luz”, dice el diseñador.
En cada espacio de este hotel se cumple la idea de sintonizar con el desierto, de sentirse en medio de un oasis. En el paisajismo, que es un tributo a las milenarias tradiciones de fertilizar y cultivar el desierto; en la delicadeza del servicio, que busca que cada pasajero se conecte únicamente con el entorno, y en la sencilla pero a la vez lujosa ambientación, que habla del legado de las culturas atacameñas.
www.altoatacama.com
2912 3910
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