De todas las definiciones que se le confieren al término visionario, la que mejor se relaciona con Fernando Casasempere sería la de esa persona que se anticipa a su tiempo. Lo hizo en 1996 cuando decidió partir consciente de que la internacionalización de su arte era la única forma de crecer. En Chile su trabajo había empezado a ser reconocido y esa cómoda posición lo perturbó. El agasajo temporal tentaba a sus creaciones y él se marchaba en búsqueda de nuevos desafíos. Partía entonces a Londres por más. Ahí, en la cuna de la escultura contemporánea, se encontró con los grandes -Damien Hirst, Mayol, Anish Kapoor, entre otros- y absorbió todo lo que pudo para enriquecer sus piezas de arcilla  hasta elevarlas a la categoría de `fine arts´. Hoy inaugura de la mano del New Art Center, en el Walled Garden de Roche Court, la muestra Ladrillo y Mortero. Una exhibición que no solo marca un hito por ser la primera vez que se abre este espacio a una muestra individual, sino también porque lo sitúa, sin calificativos, dentro de la escena europea y junto a los más destacados escultores británicos. "Con esto vengo a corroborar lo que yo he venido diciendo: la internacionalización del arte es fundamental. Aunque también esta muestra viene a romper dos años de silencio en los que siento mi trabajo ha madurado y yo también como escultor. Algo que se nota en el atreverse a cambiar, a volver a construir de diferente manera, pero siempre con temas relativos a la cerámica", acota Fernando, que a través de 13 esculturas de gran formato -algunas incluso de 1 tonelada- reflexiona acerca de serialización. . "Por medio de los ladrillos, un material cerámico por excelencia, hablo de lo modular y la multiplicación de una misma forma y así construyo mis esculturas utilizando esta manera milenaria de armar. Me resisto a perder el contacto con el hacer artesano de la obra. No estoy de acuerdo que el arte se haga  en factorías donde artistas tienen 200 personas trabajando solo para ellos".

Una obra proyectada con ladrillos de arcilla,

hechos uno a uno, forma parte de la muestra Ladrillo y Mortero, que hace una crítica al problema de serialización del arte.

¿Y cuál es tu propuesta en torno a este fenómeno? Volver al taller y trabajar, buscar el silencio del estudio y quizás decidir hacer una menor cantidad de obra para que esta llegue a lo esencial.
Buscar y seguir buscando, cuando sientes que llegas a un punto de dominación total de la técnica, tienes que salir arrancado y buscar otros caminos.  Lo dijo Picasso: "…hay que aprender a dibujar mal", y estoy de acuerdo con el.

Y en la práctica…En lo concreto yo hoy estoy trabajando en un tema nuevo con el material de siempre. La prueba y el resultado de esto está en la exposición que estoy inaugurando. El constructivismo era una fascinación en la era industrial. Creo que nos fuimos al otro extremo y debemos reencontrar el balance.

Sustentabilidad latina

Dos ejes han marcado desde siempre el trabajo de Fernando Casasempere: su ser latinoamericano y la sustentabilidad. Ideas de las que discutía ya en los 90 y particularidades a su vez de las que habla por medio de la arcilla con la que trabaja. "Yo elijo un material netamente americano. Con eso de alguna manera reconozco en el arte precolombino nuestras grandes obras latinoamericanas", explica.
Hoy que la sustentabilidad es un tema obligado ¿cómo ves el tema? Hablar de ella actualmente incluso puede parecer abusivo. Mi visión siempre fue buscar soluciones no demandarlas. Creo que esa es la visión  a estas alturas, más que lo ecológico en abstracto. Entender que es una responsabilidad de todos, no solo de los gobiernos y la industria.  Espero que el arte aporte entonces lo suyo en este tema fundamental para sobrevivencia del planeta.
web: sculpture.uk.com