Concept Kitchen 2025 fue el nombre que se le puso al estudio que arrojaría como resultado la cocina de unos años más; considerando eso sí la transversalidad social, bajos costos y mínima complicación para el usuario. Antes de llegar al resultado que aquí vemos, y que en lo formal se resume en piezas de madera y metal ensamblables con un par de herramientas básicas y que permiten una configuración prácticamente interminable en posibilidades, hubo un proceso reflexivo. En 2013, Ikea comenzó a trabajar en Concept Kitchen,  junto con la Escuela de Diseño Industrial de la Universidad de Lund y la Universidad de Tecnología de Eindhoven, bajo la premisa de explorar cómo sería la cocina del futuro. Se pidió a los estudiantes explorar nuestros comportamientos respecto a la comida y la cocina, proyectando lo materialmente necesario para esa relación. Una de las tendencias más evidentes y crecientes que se pudieron evidenciar es que la gente quiere modificar todo, desde los espacios a su ropa. Y en ese tramo por supuesto que entran los muebles. La gente necesita idear sus propias soluciones. Es evidente que los metros cuadrados para vivir se achican, las dinámicas familiares son tan múltiples como el tipo de familia que podamos imaginar, y nadie -o muy pocos- parece estar dispuesto a gastar en algo ‘definitivo’. Ikea Hacka, allá vamos.