INFINITAMENTEY PUNTO(S)
La recién estrenada colección de Louis Vuitton en Nueva York, inspirada en el trabajo de la octogenaria y más famosa artista japonesa de la actualidad, Yayoi Kusama, demuestra nuevamente la sutil frontera entre locura y genio.


“Para un arte como el mío -que combate en la frontera entre la vida y la muerte y que cuestiona lo que somos y lo que significa vivir y morir-, Japón resultaba demasiado pequeño, demasiado servil, demasiado feudal y demasiado desdeñoso con las mujeres. Mi arte necesitaba una libertad más ilimitada y un mundo más amplio”. Palabras de la octogenaria artista Yayoi Kusama.
Comenzó a pintar de niña. Casi por accidente, como ella misma recuerda. Sentada en el comedor de su casa, en Matsumoto, reparó en las flores rojas del mantel que cubría la mesa. Traspasar ese patrón a todo cuanto la rodeaba fue una reacción casi instantánea. Señal inequívoca de su carácter obsesivo.
Emigró a Kioto para estudiar arte. Luego se trasladó a Estados Unidos, donde -contra lo que se hubiera esperado- alcanzó gran notoriedad al principio. Volvió a Japón a los 45 años, fatigada de Occidente. Al acercarse a los 50, se internó en un hospital psiquiátrico en Tokio, del que hasta hoy sale para ir a su taller.
“Cuando miro su carrera y sus diferentes formas de expresión -desde sus tempranas exposiciones en el MoMA a sus esculturas, pinturas, telas, redes y lunares sin fin-, encuentro una suerte de simplicidad, ingenuidad y pasión. Como sucede con cualquier gran artista, crea su mundo que comparte con nosotros, y nosotros respondemos a ese estímulo. Y sin duda, ella tiene una obsesión con el infinito. Se ve en cada lienzo que trabaja minuciosamente. Eso es lo que admiro”, comenta Marc Jacobs, director creativo de Louis Vuitton, en exclusiva para MásDeco.
Fue en Tokio donde, hace seis años, ambos se conocieron. Jacobs lo recuerda así: “Estábamos filmando un documental con Loïc Prigent acerca de mi vida y la obra de Louis Vuitton. Fue una reunión increíble, encantadora y especial. Fui a su estudio y ella se sentó conmigo por mucho tiempo. Hablamos sobre la vida y el trabajo y nuestra pasión por hacer las cosas. Fue muy generosa con su tiempo y tuvo el gran placer de mostrarme un bolso Speedy, que ella misma había pintado a mano”.

Este encuentro dio pie al trabajo en conjunto que comenzó a desarrollarse en enero y que, el pasado martes 10, se exhibió oficialmente en Nueva York bajo el nombre de Infinitely. Y de allí, al resto de las 460 tiendas en el mundo. Lo anterior, aprovechando el contexto de la mayor retrospectiva de la artista realizada a la fecha, que viene de vuelta de los más importantes museos europeos.
“Todo el trabajo de Kusama tiene una energía y vitalidad nuevas, y también representa una verdadera colaboración en la forma que fusiona el monograma de Louis Vuitton con sus puntos. Para mí, ambos son infinitos y eternos”, afirma Marc Jacobs.
Sobre esta alianza comercial y artística, Jacobs explica: “Se me acercó Yves Carcelle (el CEO de la marca), quien me dijo que Louis Vuitton auspiciaría un espectáculo de Yayoi Kusama, de gira por varios países, y que le gustaría mucho que ambos trabajásemos juntos. Por supuesto, como me encanta su arte y tenía una conexión personal con ella, me emocionó mucho la idea. Luego, mi equipo y su equipo se reunieron aquí, en París, y juntos creamos toda una gama de accesorios, bolsos, zapatos y textiles”.
En Chile, la vitrina de la tienda en Alonso de Córdova ya luce como sus pares internacionales, con los productos inspirados en esta artista.
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