Sociales 2.0
Siguiendo también la tendencia internacional, hay una nueva oportunidad para la vivienda social que encuentra su motor en la madera. Casas equipadísimas y de primera como nunca antes vimos.
Por décadas hemos estado muy mal habituados en Chile a que las viviendas sociales y las casas destinadas a los estratos más pobres de la sociedad sean sinónimo de mala calidad… ni hablar de su estética. En pocas palabras, casas poco dignas para cualquier ser humano. Se llovían, se filtraban, se rompían. Basta mencionar las casas Copeva -el colmo de la vivienda social- y las decenas de casos de nuevos propietarios reclamando en los noticiarios por los desperfectos de la soñada casa propia.
Afortunadamente desde hace unos años, en este nuevo siglo hay buenas señales de un cambio de dirección. Elemental con sus proyectos en Valparaíso o Quinta Monroy en Iquique, daba cuenta en 2004 que sí se podían construir casas sociales de calidad, con el mismo presupuesto destinado para ellas, pero integrando a la comunidad, escuchando sus necesidades y por tanto creando barrios que la gente sintiese como propios, con la posibilidad de ampliar, transformar sus viviendas sin caer en la clonación de casitas tipo Monopoly ajenas e impersonales. Un ejemplo más reciente, del 2013, es Villa Alegre en Constitución, también con formato flexible, ampliable.
Hoy la madera -Chile es uno de los grandes productores a nivel mundial- puede ser la clave para seguir avanzando en la construcción de viviendas sociales de alto estándar. Se pueden crear más casas, departamentos por los mismos valores, pero con un mundo de diferencia en prestaciones, confort y estética.
MADERA AL CIELO
En Italia, Villa Cenni, realizada por Rossi Prodi Arquitectos, es un buen ejemplo de lo que se puede lograr. Es el proyecto de viviendas sociales más grande de Europa con 124 departamentos clase A de ahorro de energía, 4 torres de 9 pisos de altura en… madera. Confortables, con espacios comunitarios bien pensados, una tipología de construcción en altura que gana terreno cada día frente al hormigón, ya que reduce notablemente los tiempos de construcción, la emisión de contaminantes al ambiente (Villa Cenni disminuyó aproximadamente en 2 mil toneladas sus emsiones de Co₂) y una vez listas presentan ahorros de hasta un 80% en energía para sus habitantes, una excelente noticia para las billeteras menos abultadas de sus dueños.
En Chile hay diversos ejemplos del uso de madera en viviendas sociales. B+V Arquitectos, por ejemplo, proyectó el año pasado la Casa Núcleo para el concurso del Servicio de Vivienda y Urbanización de Aysén, Vivienda Social Sustentable en la Patagonia. “Fue ganadora y se encuentra en la fase de estudio de factibilidad por parte de las entidades regionales”, cuenta Lucas Vargas, de B+V arquitectos. Se trata de un proyecto modular en madera, que permite diversas ampliaciones, “combina una serie de medidas pasivas de captación y retención de energía, entre ellas la captación de radiación solar directa asociado a masa térmica, niveles de aislación bastante por sobre lo exigido por la norma térmica y una optimización del uso del calor generado por la estufa a leña. La vivienda logra solucionar los problemas que plantean la localidad y el clima de Aysén de manera específica. Al poseer un invernadero, permite secar la ropa y la leña, haciendo esta última menos contaminante. Además incluye una cocina a leña, elemento característico de la zona que calefacciona y calienta el agua mediante el mismo artefacto de cocina. Por último, puede crecer desde 48,5 hasta 103.4 m² siempre asociada al núcleo, lo que asegura que la casa mantenga su carácter sustentable a pesar de su crecimiento”, cuenta Vargas.
Barrios ecosustentables
“Fuentes de energía, aguas recicladas, huertos familiares, pavimentos absorbentes, eficiencia energética junto con una casa con todos los beneficios ecológicos de la madera, dentro de la estructura de costos habitual del MINVU para un barrio de viviendas sociales”, eso es en pocas palabras Oasis de Chañaral, el primero de 9 proyectos de barrios ecosustentables que proyectan el Minvu y el Centro UC de Innovación en Madera, como cuenta su director, Juan José Ugarte.
Un nuevo concepto de barrio, bien equipado, acorde a los tiempos, a las necesidades comunitarias y locales que se proyectan en Chañaral y El Salado, Navidad, San Rafael, Talcahuano, Temuco, Valdivia, Puerto Montt o Chiloé, Puerto Aysén y una ciudad por definir en Magallanes.
“La idea del concepto de barrio es una performance de una vivienda muy eficiente en lo energético, de fácil mantención, pero al mismo tiempo, un barrio que promueva la vida comunitaria, el encuentro entre los vecinos, que genere una cultura de barrio que tenga un paralelo con la vivienda para albergar un programa que pueda variar en virtud de la familia, y otra acotación importante es que cada una lleva paneles solares para generación eléctrica y para agua caliente sanitaria”, explica Ugarte.
El primer proyecto comprende un total de 405 viviendas, 260 en Chañaral y 145 en El Salado, cuyas obras comenzarían el primer semestre del 2016, siguiendo Talcahuano el segundo semestre del mismo año.
En el norte, se trata de edificios de 2 a 3 pisos en madera, mientras en el sur, en Talcahuano, son 14 edificios de 4 pisos más un zócalo de hormigón; cada uno con 10 departamentos, es decir 140 en total.
¿Dónde está la innovación? Por un lado la construcción en altura en madera que se basa en un sistema modular pre-fabricado en planta y no in situ como la albañilería. Por otro, la doble capa.
“Toma como base el sistema constructivo tradicional que se usa en Chile para la madera, “pie derecho”, o verticales de madera separadas a 40 cm que luego llevan los paneles que le dan la rigidez estructural. Sobre esa solución tradicional nosotros hicimos una innovación: construir una segunda fachada a ese muro generando el efecto de la sombra, que sumado a la circulación del aire en la cavidad que se genera y comienza a circular, se produce un refresco del muro. Entonces si afuera hay 30 grados, dentro con este sistema pasivo hay 24 grados; si afuera hay 7 grados en temporadas frías, dentro hay 16”. En cuanto a la capa externa, para el norte proponen una placa de fibrocemento con revestimiento tipo estuco, y para el sur, revestimiento exterior tipo “metálico, microondas, pintado con colores, más asociado a una arquitectura naval, este concepto más industrial que tiene la zona de Concepción y Talcahuano. Y en Coyhaique para las casas de esa zona, un revestimiento tipo tejuela de alerce”, explica Juan José, porque se busca “una apropiación cultural, que no sea un producto importado que cae y no tiene nada que ve con el entorno”, dice Ugarte.
Madera para todos
Casas lindas, bien pensadas y supereficientes, en entornos acogedores… La pregunta que salta inmediata es: dados los valores astronómicos de propiedades y arriendos que hoy dificultan el acceso a una vivienda digna, no solo para los estratos de menores recursos sino también para la clase media, por ejemplo en Santiago - ni hablar de eficiente y sustentable, un lujo para la mayoría de los chilenos-, y dado que Chile es uno de los grandes productores de madera a nivel mundial, ¿por qué no plantear los edificios en madera como una solución ampliable a otros segmentos de la población y otras regiones? Ugarte cree que es posible, pero señala entre las dificultades en las que hay que trabajar, el mercado y la normativa que en la actualidad restringe la construcción en altura en madera y, por lo tanto, el acceso para un mayor número de personas a este tipo de viviendas.
“Nosotros compartimos esa misma visión, creemos que ojalá en el corto, más bien mediano plazo va a existir una oferta de viviendas y departamentos de madera, y con este nivel de calidad y prestaciones de servicio, y lo que estamos intentando es levantar la iniciativa inmobiliaria en este sector. La piedra de tope es la normativa: si uno mira lo que existe hoy día, en términos de estándar y normativa de la madera, estamos atrasados 30 años, entonces la explicación que da la aproximación comercial en la construcción en madera es que no hay mercado, una demanda del producto madera. ¿Qué es primero, el huevo o la gallina? Hoy el 65% de las viviendas que se venden en Chile son departamentos (según cifras de la CChC). Hay un requerimiento en todas las ciudades. Pero para poder hacer viviendas en madera en altura, la principal barrera es nuestra norma sísmica diseñada para el hormigón y el acero, la norma responde a eso. Estamos en un proyecto la Universidad Católica, Austral, del Biobío, Concepción, la selección nacional de la ingeniería sísmica chilena, literalmente, para promover una nueva norma, de manera que podamos innovar en la norma sísmica, levantar esta barrera importante para que el mercado funcione”.
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