Cuando fue lanzado Ori And the Blind Forest, en 2015, este se transformó en uno de los mejores juegos de plataforma del año, y aunque ha pasado el tiempo sigue siendo uno de los mejores 'Metroidvania' que ha salido al mercado. Es por esto que desde el momento que fue anunciada su secuela se volvió uno de los juegos más esperados -aunque sea para quien escribe-.

Ori and the Will of the Wisps, mantiene la hermosa estética visual que cautivo en la primera entrega. Los colores, los escenarios, la luz y la oscuridad, todo el aspecto visual se mantiene en esta entrega, pero es en la jugabilidad y en la historia donde Ori and the Will of the Wisps se pega el salto al siguiente nivel.

Repitiendo la fórmula de la primera entrega, el juego comienza con una serie de cinemáticas que nos explican el contexto de la historia, la cual se desarrolla tras los sucesos de Ori and the Blind Forest.

La historia es un golpe de emotividad desde el comienzo, logrando en tan sólo unos pocos minutos, y sin la necesidad de diálogos, tocarnos y conectarnos con los personajes.

Esta comienza con Ku, una cría de búho, que es cuidado por Ori, Naru y Gumo, y quienes intentan enseñarle a volar. Es así como en pocos minutos conocemos las dificultades que tiene Ku para poder lograr su objetivo, el cual sólo lo logra tras la ayuda de Ori.

La alegría de volar prontamente se transforma en preocupación, luego de verse atrapado junto con Ori en una tormenta, lo que nos lleva al comienzo de la aventura.

En pocos minutos de juegos ya dominaremos las primeras habilidades por lo que no tendremos problemas en enfrentar a los enemigos, los controles, ya sea que juegues con teclado o joystick son muy intuitivos, por lo cual no tendrás que preocuparte de apretar algún botón incorrecto.

Nuestra principal arma en este juego será una espada, la cual a la vez dará un toque extra de estrategia a los combates, ya que con los ataques podremos ralentizar nuestras caída o avanzar un poco más en el aire.

A medida que avanzamos es que otra armas se suman al repertorio de Ori, esto sin duda plantea una gran diferencia con la primera entrega, con un foco mucho mayor en el combate, pero sin quitarle el protagonismo al 'plataformeo' que sigue siendo por lejos el principal atractivo de este juego.

Al igual que en la primera entrega, mientras más vayamos avanzando obtendremos nuevas habilidades que nos permitirán acceder a nuevos lugares del mapa, que en esta ocasión presenta una gran variedad de entornos, todos visualmente atractivos, y con el toque de iluminación tan característico de la saga.

Los enemigos, se mantiene bastante similares en dificultad a la primera entrega, y aunque ahora se suman enormes jefes, y tienen diferentes patrones de ataque, una vez dominadas las mecánicas y tras conocer sus movimientos es que resulta bastante fácil acabar con ellos.

Al avanzar en el juego se puede acceder a una serie de mejoras para el protagonista, a las cuales se puede acceder con gran libertad, y es que el jugador puede mejorar los aspectos que más le acomoden pudiendo de esta forma reforzar sus puntos débiles, y quizás restando un tanto de dificultad al título. Es decir si eres malo esquivando quizás quieras más vida, por otro lado si no te suelen tocar, quizás es mejor tener más daño, en esta ocasión tienes libertad para escoger.

Aunque la historia central ya nos entrega varias horas de juego, poco más de 10 horas, el gameplay se puede alargar un poco más con las misiones secundarias, que ayudan a conocer un poco más de algunos personajes, pero que no tienen el mismo impacto que la historia principal.

Finalmente, Ori and the Will of the Wisps, es un juego que cautiva con su jugabilidad, con su historia, y por supuesto con su increíble aspecto. Posee una historia llena de emotividad, y aunque parezca difícil logra superar a su predecesor volviéndose sin duda un imperdible de este 2020.