Pese a lo bullado del caso y a los años transcurridos desde que éste explotó a la opinión pública, aun los tristemente famosos airbags de Takata siguen dando problemas, problemas graves. Esto porque los reguladores de la seguridad automotriz de EE.UU. confirmaron una nueva muerte por accidente de tránsito como resultado de las bolsas defectuosas, sumando así cinco fallecidos en 2022.

Durante la última década, más de 67 millones de dispositivos Takata han sido retirados del mercado en los Estados Unidos y más de 100 millones en todo el mundo, en el recall más grande de la historia de la historia automotriz. Sin embargo, todavía existentes propietarios que no han llevado sus vehículos para cambiar las peligrosas bolsas de aire.

En noviembre pasado, Stellantis USA instó a los propietarios de 276.000 vehículos que dejaran de conducir de inmediato después de los informes de muertes por accidentes, pero sólo 2.000 clientes realizaron el servicio correspondiente, donde se reemplaza la unidad de airbag por una nueva.

Desde 2009 a la fecha, cerca de 40 muertes en todo el mundo, incluidas 24 muertes en EE.UU., y cientos de lesiones en vehículos de varios fabricantes están relacionadas con los infladores de los airbags Takata, los cuales pueden explotar espontáneamente, liberando metralla de metal.

En los últimos siete meses solo Stellantis ha reportado tres muertes por esta causa, siendo la última de ellas en un Chrysler 300 de 2010. De ahí que se ha hecho un llamado para “no conducir” los modelos Chrysler 300 y los Dodge Magnum, Challenger y Charger fabricados entre los años 2005 al 2010 que no hayan sido reparados.

Stellantis dijo que ha hecho un total de 114 campañas de divulgación durante un período de siete años y ha reemplazado 6.1 millones de infladores defectuosos. No obstante, aún hay unidades cuyos actuales propietarios no las han reparado, en un proceso que resulta totalmente gratuito.