
Los influencers de Sinaloa también caen en la guerra entre narcos
Ya han muerto seis influencers con millones de seguidores, acusados de colaborar con "Los Chapitos" y ayudar a blanquear dinero.

En medio del conflicto que divide al Cartel de Sinaloa, los influencers se han vuelto objetivos de guerra. Hay decenas amenazados, y ya han muerto seis en este año, en medio de un “conflicto paralelo” que se pelea online, con propaganda de los carteles mexicanos y blanqueo de dinero.
El 9 de enero de este año, desde una avioneta en distintos puntos del Estado de Culiacán cayeron panfletos o “narcovolantes”, en los que se acusaba a distintos creadores de contenido de colaborar con “Los Chapitos”. Entre ellos, el cantante de renombre internacional Peso Pluma, y los influencers Camilo Ochoa, Markitos Toys, Gail Castro, entre muchos otros.
Desde entonces hasta ahora, de los 25 influencers que aparecieron en esos volantes, seis han sido asesinados. Y los panfletos decían “vamos por todos”. El último de ellos, Camilo Ochoa, fue asesinado el 16 de agosto, y ya no en el Estado de Culiacán, sino en Morelos, lo que muestra cómo se expande el conflicto. Este último se enfocaba, entre otras cosas, en comentar la guerra entre “Los Chapitos” y “Los Mayos” a sus más de 700.000 seguidores en distintas plataformas.

Ya ha pasado casi un año desde que el Cartel de Sinaloa entrara en un conflicto interno sangriento, que ya ha cobrado 2.000 muertos, y que enfrenta a “Los Chapitos”, la sección comandada por los hijos de Joaquín “El Chapo” Guzmán, con “Los Mayos”, la sección de Ismael “El Mayo” Zambada. Este último acusa a uno de los hijos de Guzmán de haberlo traicionado y entregado a Estados Unidos, en una avioneta, en julio de 2024.
El narcovolante que fue lanzado en enero, se especula, vendría de la facción de “El Mayo” Zambada, ya que acusa a los creadores de contenido de servir blanqueando dinero para los hijos de “El Chapo”.
Tras una oleada de ataques a influencers en Sinaloa, incluyendo a un youtuber conocido como “El Jasper”, quien fue hallado con 70 impactos de bala, otros de la lista buscaron refugio en otros estados o países. Y antes de eso, Gail Castro, hermano del famoso influencer Markitos Toys, fue asesinado a tiros en el estado de Baja California.
Este último, de 26 años, estaba en el principio del panfleto. Hace seis años que había empezado a tener relevancia en las redes sociales, y había generado controversia por su amistad con personas cercanas a los hijos de “El Chapo”, además de su estilo de vida “jet-set” de autos deportivos y marcas de diseñador.

Si históricamente los carteles habían usado internet para difundir propaganda a través del miedo y los videos de asesinatos, hoy por hoy en México inundan las redes sociales. Los narcoinfluencers publicitan un determinado estilo de vida y una cercanía al crimen organizado, a menudo expresados en términos aspiracionales y en contenidos diseñados para atraer a los adolescentes.
Ahora, estos influencers se han visto envueltos en una guerra de propaganda paralela en Sinaloa, donde se les podría pedir que transmitan ciertos mensajes y donde ellos mismos se han convertido en blancos, dijo Javier Llausas, director de Construyendo Espacios para la Paz, una ONG en Sinaloa. “Esto es una guerra”, dijo Llausás. “Y como en cualquier guerra, la propaganda importa”.
“El crimen organizado siempre busca nuevas formas de lavar dinero: cada rincón del ecosistema es explorado por analistas financieros”, dijo Salvador Mejía, abogado especializado en finanzas ilícitas, al diario The Guardian. Pero Mejía agregó que los influencers siguen siendo un canal relativamente menor para el lavado de dinero, y que su verdadera utilidad para los grupos del crimen organizado reside en el ámbito de la propaganda.
“Los carteles tienen sus propios departamentos de relaciones públicas”, señaló Mejía. “Lo que tenemos es una maquinaria de propaganda”, añade.
Una muerte reciente, la del influencer “El Pinky”, de 22 años, muestra una parte más cruel de esta guerra propagandística: el joven, que era conocido por hacer bromas con sus amigos, apareció en un video atado y ensangrentado en medio de un interrogatorio.
“¿Por qué estás aquí?”, le preguntaba una persona que está detrás de la cámara, a lo que él responde: “Por pasarle información a MF (Mayito Flaco, el hijo de ‘El Mayo’)”. “¿Qué información pasabas?”, continúa el interrogador. “La ubicación donde se encontraban ‘Los Chapos’”, responde por último. El joven apareció muerto esa misma noche en medio de la calle.

En abril, informa la página México 5.0, la Unidad de Inteligencia Financiera mexicana dio cuenta de una lista de 60 influencers investigados por lavado de dinero y sorteos ilegales. Aquella información no ha sido confirmada por autoridades, pero “hay algunas pistas”.
A ese medio, el abogado Michel Levien, especialista anticorrupción, señala: “Una mención pagada a un influencer no tiene precio de mercado. Eso permite inflar facturas, justificar ingresos imposibles y lavar dinero. Hay personas de quienes no te explicas el crecimiento que han tenido… de números de seguidores o financiero ¿Quién es el experto que te dice que los seguidores de tal o cual persona son ficticios y los de este son orgánicos?”.
En la actualidad, estas redes sirven incluso para el reclutamiento. “Las redes sociales se han convertido en terreno fértil para las organizaciones criminales. TikTok, al ser una red con menor moderación, ha facilitado que el crimen organizado utilice ese espacio para construir nuevas identidades”, señala un informe del Colegio de México, una universidad pública mexicana dedicada a la investigación, la educación superior y la divulgación en las áreas de ciencias sociales y humanidades.
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