Ánimos crispados marcaron la sesión del concejo municipal de San Miguel la tarde de este martes.

Esto, por la iniciativa que lidera la alcaldesa, Carol Bown, militante de la Unión Demócrata Independiente (UDI), para cambiar el nombre de la avenida Salvador Allende y rebautizarla Salesianos, como se llamaba hasta el 11 de septiembre de 2023.

Bown dio a conocer los resultados de una consulta ciudadana en la que el 82% de los encuestados manifestó estar de acuerdo con que la calle vuelva a ser rotulada en homenaje a la congregación católica.

Concejales, además de cores y diputados del distrito contrarios a la gestión de la jefa comunal, se han movilizado para evitar el cambio.

En ese marco, se desarrolló el concejo.

La concejal Carla Santana (Partido Comunista) afirmó que “la encuesta presentada hoy por el cambio de nombre de la avenida Salvador Allende, recoge solo el 0,4% del parecer de los vecinos de la comuna de San Miguel, ya que fue una consulta restringida, escasamente informada y con baja participación. Lo que es una debilidad metodológica”.

“Pero lo más grave de esta sesión municipal, fue que al salir del concejo, nos enteramos que vecinas que asistieron fueron violentadas al tratar de ingresar. El Concejo Municipal, es una instancia pública, de libre acceso para todas las vecinos de San Miguel y espero se atienda”, manifestó Santana en una publicación en X, asegurando que hubo “empujones” y “descalificaciones”.

La concejal del Frente Amplio (FA) Viviana Llambias, en tanto, aseguró que se vivió una situación “compleja”.

“El concejo estuvo tenso y se vivieron situaciones de violencia fuera del concejo. Vamos a iniciar todas las acciones que sean necesarias para esclarecer esta situación y para lograr que nunca más vuelva a suceder una cosa así“, planteó Llambias en sus redes sociales.

La consejera regional frenteamplista Karina Ramos se sumó a las críticas a la encuesta, señalando que fue una “consulta cerrada, mal construida y nada representativa para esconder que esta acción no solo es un gusto sino cumplir una promesa de campaña”.

“No hay visión de ciudad ni preocupación por la comuna”, sostuvo en X.

La alcaldesa Bown, en tanto, defendió la consulta y sostuvo que las cifras “reflejan el compromiso con la recuperación de la memoria local y demuestran la importancia de escuchar a la comunidad para construir, entre todos, una comuna con identidad y sentido de pertenencia”.

“Ahora, el concejo deberá votar si acepta o rechaza este cambio de nombre, con todos los antecedentes ya expuestos”, anunció.

En la sesión del martes 12 de agosto se estaría votando y la alcaldesa tiene mayoría.