A los 74 años, Jaime Pinto sigue brillando en el tenis
El ex jugador profesional y otrora capitán de Copa Davis es el número dos del mundo en el ránking de su categoría y aspira a dar el salto a la cima en 2014.
Esta temporada, Jaime Pinto cumplió 60 años ligado al tenis. Y aún brilla en un deporte, al que según propia confesión, le debe todo.
"Me formé en el Club de Tenis Santiago, en el Parque O'Higgins. Mi padre era amigo del administrador, y cuando yo tenía 14 años le pidió si me podía recibir. Así empecé, a una edad tardía, porque la mayoría comienza a los seis o siete años, pero tenía condiciones y a los 23 ya estaba en el equipo de Copa Davis", recuerda.
En su carrera vivió la transición a la Era Open, y en el camino derrotó a grandes leyendas del tenis. "Tuve la suerte de ganarles a campeones como Manolo Santana, Ilie Nastase y Guillermo Vilas, a quien vencí siete veces", afirma.
Hoy reparte su tiempo entre la raqueta y su centro deportivo, donde fomenta la práctica del squash, disciplina en la que tres de sus hijos han sido campeones nacionales.
Seis décadas después, el tenis sigue siendo una motivación. "Entreno dos o tres veces a la semana, con algún chico de 18 o 20 años, para que me exija en la cancha. Les hago pelea, aunque me ganan en velocidad y me dejan bien cansado", comenta, entre risas.
Sin embargo, esta rutina le permite llegar en gran forma a los torneos del circuito ITF para mayores de 70 años, donde actualmente es el segundo mejor jugador del mundo.
"Me picó el bichito. Llevo muchos años quedando número cuatro o cinco, pero hay que viajar para seguir sumando, y ahí me quedaba. Este año fue distinto, me propuse ir a jugar torneos a Buenos Aires, Mendoza, Lima y algunos otros por acá cerca y me fue muy bien. Ahora voy por el número uno, siempre y cuando pueda ir a Turquía, donde se juega el torneo que reparte más puntos", explica.
De hecho, esta temporada consiguió cinco títulos y no conoció la derrota, diferencias que comenzó a marcar desde que dejó el tenis profesional. "Me retiré a los 38, cuando llegué a la tercera vuelta de Roland Garros (1977), y a los 44 dejé de jugar el escalafón nacional, porque la federación me dice: 'Le estai ganando a todos los cabros, mejor retírate, porque no le damos tiraje a la chimenea'. Lo mismo me pasó en los seniors, donde varios no se inscribían para no jugar conmigo", apunta.
Incluso, antes de dejar el escalafón, se da el lujo de disputar su último torneo profesional en 1984, cuando con 44 años, jugó el Grand Prix de Viña del Mar.
Además, destaca que "yo estoy un poquito más arriba que mis rivales, porque mi pelota corre más rápido, y eso a esta edad es un factor muy importante".
Carrera multifacética
Cuando Jaime Pinto comenzó en el tenis, la realidad era muy distinta. "El dinero era muy escaso. En esa época salíamos a competir porque Dios era grande. No había ningún tipo de ayuda. Ibamos a base de puro esfuerzo", sostiene Pinto, quien antes de dedicarse al tenis trabajó en un bar para poder generar recursos para su carrera.
También fue uno de los primeros integrantes de la ATP, listado en el que llegó a ser 73º. "Fui el décimo tercer miembro. Luego se fueron inscribiendo jugadores, sobre todo sudamericanos, porque queríamos tener un dirigente de acá. Así fue como presentamos como candidatos a Jaime Fillol y a Patricio Rodríguez. Salió Fillol y nos dieron más bola", indica.
Una vez fuera del circuito, también fue capitán de Copa Davis, a mediados de la década del 80, columnista y comentarista deportivo en distintos canales de televisión.
Con 74 años y una forma física no tan distinta a la de sus años como jugador, Pinto no tiene en mente dejar la actividad: "Hay un dicho que dice que el que nace chicharra muere cantando. El tenis me ha dado muchas alegrías, las he hecho todas y estoy orgulloso por haber conseguido tantas cosas gracias al deporte", asegura.
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