Luego de clasificar a las semifinales de la Champions, Barcelona volvía al terreno local, en el clásico de Cataluña. Y tuvo una faena relativamente tranquila. De visita, el cuadro que dirige Luis Enrique venció por 2-0 al Espanyol, y sigue firme en la punta de la liga española, justo cuando se cumple un año de la muerte de Tito Vilanova, ex entrenador culé.

El dominio de Barcelona fue desde un inicio. En los 17', Neymar abre la cuenta con un golazo. Pase de Lionel Messi para Jordi Alba, proyectado en ataque. Centra, Luis Suárez en el centro del área la deja pasar, para que aparezca el brasileño y derrote al arquero Casilla. En los 25', el 2-0 fue obra de Messi, a pase de Suárez. El gol tuvo una cuota de dudas, por una supuesta posición de adelanto el uruguayo. Durante los primeros 45 minutos, la participación de Claudio Bravo estuvo reducida al mínimo. El arquero chileno cortó un centro, y nada más.

Para el segundo tiempo, la duda nació con la torpe expulsión de Jordi Alba, en el minuto 54. Primero, es amonestado por protestarle al árbitro Antonio Mateu Lahoz, pero al instante hace un gesto, con lo cual es expulsado. Pese a la inferioridad numérica, la victoria del Barcelona no parecía estar en entredicho. Recién en los 69', Espanyol se acercó al arco de Bravo, con un débil remate de Sergio García, atajado por el chileno. En los 86', tuvo otra tapada destacada, ante Stuani. En definitiva, Barcelona cerró en la primera parte un triunfo importante, y luego reguló el encuentro. De hecho, los culés no pierden en la casa del Espanyol desde 2007.

Quien cumplió un hito en el partido fue Xavi Hernández. Ingresó en el segundo lapso, por Iniesta, y llegó a 500 partidos en la liga.

Así, Barcelona es líder de la Liga con 81 puntos, cinco más que Real Madrid, que juega mañana ante Celta de Vigo, en Galicia.