A una semana del inicio de su tour por Estados Unidos y Canadá, Britney Spears comenzó a tener problemas con algunos de los miembros que componen su staff.

Y es que luego del examen toxicológico al que fueron sometidos por sorpresa los bailarines que acompañanan a la cantante, tres de ellos fueron despedidos por arrojar resultados positivos.

La medida fue por orden del padre de la intérprete, Jamie Spears, quien está empeñado en evitar que su hija retome los malos hábitos a los que estuvo ligada durante los últimos años.

Fuentes cercanas a la familia Spears, explicaron que Jamie dejó muy claro, antes de iniciar la gira, que no iba a consentir comportamientos de este tipo en el equipo de su hija.

De hecho, en los contratos se especificaba que el consumo de drogas o alcohol sería motivo de despido.

Sin embargo, explican varias fuentes al diario Daily Mail que "los bailarines nunca pensaron en que se les haría un control de este tipo".

Al parecer, los jóvenes pidieron a la voz de Womanizer una segunda oportunidad, pero ella "no dudó ni un segundo en enseñarles la puerta", comentan al diario británico.

Las mismas fuentes agregan que el progenitor de la cantante está obsesionado con todo lo que rodea a su hija y no hubiera permitido que la artista continuara en la gira rodeada de estos bailarines a pesar de que, tras muchos meses de ensayos, "todos formaban una auténtica familia", aseguran.

Según los amigos de la intérprete, el tour de Circus está siendo todo disciplina y mucho trabajo, ya que Jamie Spears está siempre "vigilando lo que hacen Britney y sus empleados".

"En la última gira ella (Spears) se iba de fiesta con los bailarines tras cada concierto y acabó sobrepasándose y casándose con uno de sus empleados, Kevin Federline, y es por eso que el padre no quiere que esto se repita", explican.

Mientras, hoy fueron difundidas algunas imágenes de Britney Spears durante su estadía en Miami, donde aprovechó de disfrutar de la piscina del hotel junto a sus hijos Sean Preston y Jayden James.