El nocaut aún no remece
Las artes marciales mixtas (MMA) locales viven su mejor momento de presencia internacional, nivel y popularidad. Lo mostró la victoria de Diego Rivas, en el Fight Night 82 del UFC. Pero su desarrollo aún no madura y tropieza con dudas de inversionistas, gimnasios de cuestionable calidad y la baja difusión mediática de los torneos locales.

Alrededor del octágono, el récord nacional de poco más de 1.600 espectadores era lejano a las multitudes rugientes en Brasil o Estados Unidos. Pero el evento MFC 11 del Master Fighters Championship, principal entidad de artes marciales mixtas (MMA) del país, tuvo derribos, patadas, cruzados, rodillazos, llaves, estrangulaciones… Ingredientes clásicos que animaron al público a vitorear peleadores por sus apodos y gritar “¡Chile, Chile!”.
De una arena así saltó el chileno Pablo Villaseca, protagonista del evento 147 de la organización estadounidense Bellator, donde cayó ante John Thomson. Y principalmente Diego Rivas, único nacional en el UFC (Ultimate Fighting Championship), la mayor empresa de MMA del mundo. Con el primer nocaut chileno en esa organización, en su segunda pelea dentro de ella, Rivas hizo historia el sábado.
Y lo hizo con estilo: propinando un espectacular rodillazo volador al israelí Noad Lahat, que llevó al delirio el público en el legendario MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, y que le dio el premio a mejor performance del Fight Night 82.
Pero aun siendo un importante trampolín para ambos, el escenario criollo avanza a pasos duros.
Las artes marciales mixtas surgieron en Chile por la llegada del Vale Todo en 1993, de la mano de Cristián “Gorila” Martínez. Una disciplina mucho menos reglamentada que el MMA actual, pero que sembró su desarrollo en el país, de carácter más bien amateur hasta el inicio del MFC.
Dicha entidad comenzó en 2008, con 270 personas en su primer evento. Y con los años también surgieron organizaciones como Chinchorro Fighter, en Arica; Chilean Fighter Andino, en Los Andes; Extreme Kumite Evolution, en Temuco; Warriors of the Cage, en Chiloé; o Patagonia Fight, en Punta Arenas, entre otras.
Actualmente, la principal organización desarrolla combates de cinturón en sus ocho categorías masculinas y el MMA es cada vez más popular en el país. Pero según Víctor Vásquez, presidente de la empresa, el avance es lento: “El chileno es muy autodidacta, y cuando ve algo novedoso, lo empieza a enseñar sin ser profesional. Hay muchas escuelas donde el profesor no tiene experiencia, sus alumnos practican por moda, y aun así se dicen peleadores. Y eso es arriesgado”.
Así, convocó a extranjeros a partir del tercer evento. Y desde entonces, foráneos de nueve países han peleado en sus octágonos. Entre ellos el brasileño Marcos Rogério de Lima, quien luego migró al UFC, y el cubano Guillermo Martínez, con paso previo en el Bellator.
En cuanto a gimnasios, Jonathan Ortega (ex campeón peso welter del Master Fighters Championship y participante del reality show The Ultimate Fighter: Latinoamérica 2, de UFC) es uno de los fundadores de la academia Elemental Dojo, de Temuco (donde entrena Rivas), y considera que “el MMA se popularizó mucho y se practican más artes marciales, pero es importante tener también aerobox, salas de musculación, zumba, entre otras cosas. Es más difícil sostenerse sólo con artes marciales”.
A su vez, en su entidad, Vásquez ve una dicotomía. “Hay público y recursos para buenos eventos, pero la gente no cree en este proyecto de negocio. Muchos extranjeros quieren competir aquí, y mejoran el nivel de los chilenos, pero es difícil costear pasajes, estadía y bolsas de premios”, considera Víctor, quien financia los eventos con dinero propio y algunos auspiciadores.
Rivas fue campeón peso pluma del MFC y recuerda que “en mi época allí, ganaba entre 100 y 300 mil pesos por pelea. Los pagos están subiendo, pero aún no bastan para vivir sólo de ellos”. El sábado, por otro lado, ganó más de 50 mil dólares por su victoria y su premio.
De hecho, la entidad que le dio el impulso a Norteamérica todavía alterna combates profesionales con algunos semiprofesionales y aficionados. Y Rivas cree que un chileno de alto nivel debe entrenar algunos períodos fuera del país.
Pero junto a los éxitos de Villaseca y “Pitbull”, Chile ha dado otros pasos importantes. Entre ellos destaca el anunciado primer cinturón femenino del MFC. El título de peso paja será disputado en su evento 12, el 12 de marzo, entre Gloria Bravo y tres rivales por confirmar.
Bravo es una de las pocas profesionales del país. Actualmente entrena en Las Vegas, hace poco firmó contrato con Invicta FC (circuito estadounidense de MMA femenino), y plantea que el nivel de las mujeres en Chile “no se desarrolla muy bien porque no hay tantas niñas con talento. Hay ganas, pero es muy amateur. Y aunque es bueno que mujeres entrenen, no todas deben competir”.
Otro avance es la llegada de un gimnasio UFC Gym al país, en el Mall Plaza Oeste de Santiago, evidencia de que la organización tiene ojos puestos en Chile.
Visión y televisión
Pero si a la vez falta inversión, ¿qué se necesita para romper con esa realidad contradictoria? Bravo plantea que “con más MMA extranjero en televisión, para que en Chile vean cómo es popular, y buenos comentaristas que lo expliquen mejor, se prestará más atención a eventos chilenos”.
Rivas considera fundamental la exposición de combates locales en televisión abierta (hasta ahora ausente en ese aspecto) para mostrar exponentes como Víctor Valenzuela, Gastón Gómez Manzur y Matías Vásquez, quien podría migrar al UFC este año. “Además, Iván Galaz es campeón mundial de kickboxing, Francisco Aravena pelea muay thai y lleva años en Tailandia, y tenemos luchadores como Andrés Quispe. Con más inversión, se podría juntarlos y formar un gran equipo para entrenar”, sostiene.
Para Ortega, profesor de ciencias y jiu-jitsu brasileño, la clave está en los niños: “Lo más importante es incorporar como opción en el colegio al judo, la lucha olímpica, entre otros deportes de combate. Así los niños tendrán una visión más desarrollada de esas disciplinas. Y por eso, ellos y sus padres tendrán una perspectiva distinta de las artes marciales mixtas”.
Al MMA chileno le queda mucho camino por recorrer. Ya hay quienes pelean por verlo fuerte, y faltan más. Pero no es demasiado tarde para noquear adversidades, como logró Rivas de un rodillazo.
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