La auxiliar de enfermería contagiada con ébola y su marido, no tenían hijos, pero sí un perro llamado Excalibur, el que será sacrificado pues "supone un posible riesgo de transmisión", como aseguran las autoridades españolas.

La medida ha generado polémica en el país y ha dado inicio a campañas para evitar este sacrificio. Una de ellas está encabezada por el marido de la paciente, que también se encuentra hospitalizado como medida preventiva para evaluar si se ha sido contagiado con ébola.

En un mensaje enviado por el hombre a la Asociacion Protectora Villa Pepa, y que ellos publicaron en su cuenta de Facebook se indica que "si tanto les preocupa este problema creo que se pueden buscar otro tipo de soluciones alternativas, como por ejemplo poner al perro en cuarentena y observación como se ha hecho conmigo. O acaso hay que sacrificarme a mí por si acaso".

También en Change.org, se ha iniciado una petición para evitar este sacrificio.

Según las autoridades, aunque hasta ahora los pocos estudios que hay en relación a ébola y perros no han demostrado la transmisión del animal al hombre, sí se ha comprobado que en los lugares donde ha existido un brote, algunos animales han presentado niveles de anticuerpos elevados, es decir, que han tenido contacto con el virus, por lo que podrían ser una fuente potencial de infección.

Por lo mismo, y para evitar riesgos, afirman que sacrificarán al animal: "Por mínimo que sea el riesgo, lo lógico es eliminarlo", señala el presidente de los veterinarios de Madrid.

Para ello, deben contar con la autorización de los dueños, pero si no la dan, se pedirá la autorización a un juez, afirman.

Al otro lado de la polémica, Eric Leroy, uno de los expertos en ébola, afirma en el diario El Pais, que no hay que matar al perro, "porque es importante desde el punto de vista científico".