Histórico

Los solitarios últimos años de Myriam Palacios

En los siete años en una casa de reposo no reconocía a sus cercanos, y retuvo su gusto por fumar y sentido del humor. La visitaba sólo un puñado de personas.

En medio de emotivos cantos religiosos, y sólo palabras de elogio por parte de sus colegas y amigos, fue velada ayer, en la Parroquia Santa Gemita de Ñuñoa, la actriz Myriam Palacios, quien falleció a los 79 años la noche del lunes.

Hace siete años Palacios había llegado a la casa de reposo Hogar Dulce Hogar, propiedad de la cantante Mónica de Calixto. Allí la llevó un vecino que tenía en San José de Maipo, donde pasó los primeros años de su alzheimer. Dadas las precarias condiciones en que vivía, sus vecinos decidieron recurrir a De Calixto.

Durante los primeros años que permaneció en el recinto de la comuna de Providencia, a pesar de que no reconocía a sus cercanos y no recordaba sus años en televisión, mantenía su gusto por fumar y su característico sentido del humor. "Viéndola en esta etapa distinta, aún tenía gestos de hacer cosas divertidas sin darse cuenta. Por ejemplo, un día la enfermera que le había llevado comida tenía cigarros, Myriam se los robó y comenzó a fumarse uno. Ella ya no se daba cuenta", cuenta Liliana Ross, una de las pocas personas que la visitaron durante su permanencia en la casa de reposo.

El tiempo lo mataba entre caminatas, cigarrillos y conversaciones con sus más cercanos, por lo menos al principio. Uno de ellos era el actor y amigo Jorge Burgos, quien todos los fines de semana iba a visitarla. "Le metía conversación y ella me seguía la corriente. Después, ya no caminaba, no hablaba, fue lentamente apagándose", cuenta. De hecho, hace unos meses, la actriz estaba postrada.

Su hermana Carmen era también una de las pocas personas constantes en sus visitas. Así cuenta Marcela de Calixto, hermana de Mónica y enfermera encargada del cuidado de Palacios durante su permanencia en el hogar. "Conocí a uno de sus hijos, que vino a verla hace un par de semanas. Esa fue la única vez que vino en siete años. El otro jamás apareció", afirma, aludiendo a la visita del mayor, Jorge, y añadiendo que la casa que Palacios poseía en San José de Maipo la tienen ahora ellos. Ayer, su hijo menor, Juan José Gajardo, baterista del grupo Parkinson, llegó hasta el velorio, pero no quiso referirse al tema. Más tarde, Jorge también estuvo en el lugar.

El último período fue difícil económicamente para la actriz, quien recibía una pensión de gracia que no superaba los $ 200 mil. "Eso era de ayuda para los pañales. El resto de los gastos, como los medicamentos y controles médicos, eran por cuenta del hogar", agrega De Calixto.

Mientras que Ross apunta que el dinero que recibía por las repeticiones de teleseries era cobrado por sus hijos. "Ellos eran bastante ingratos con ella. Lo único que hacían era cobrar los derechos de las repeticiones de los programas en que ella estaba", afirma.

Debido a su compleja situación, algunos colegas colaboraron con dinero e iban a visitarla de vez en cuando. "Tichi Lobos fue conmigo. Natalia Cuevas, Marissa (cantante de la nueva ola) y Jorge Yáñez, que fue a cantarle para una fiesta navideña", recuerda Jorge Burgos, a lo que añade que en esa ocasión "ella lo pasó estupendo. En la primera fiesta navideña fue un grupo de tango a bailar. Al año siguiente fue Jorge Yáñez y la encantó con El gorro de lana".

En los últimos años, eso sí, hubo importantes cambios en su comportamiento, que se acentuaban por su enfermedad. "Desde diciembre ella no se levantó más, estaba postrada, se alimentaba con papilla, y la última vez que comió fue tres días antes de fallecer", cuenta De Calixto. "Después no tenía fuerzas para nada. Estaba consciente y con oxígeno los dos últimos días hasta su muerte".

Al velorio en la Parroquia Santa Gemita, ayer acudieron varias figuras de las teleseries, entre ellos, el actor Gonzalo Robles, quien compartió con ella en Corazón pirata, y las actrices Sandra Solimano, Luz Croxatto y Patricia Cofré, entre otras.

También acudió la actriz Paulina García (Los archivos del cardenal). "El legado que deja es la sencillez con que tomó su profesión y el humor, que no lo abandonó nunca. Nunca se le subieron los humos a la cabeza ni exigió más de lo que le parecía a ella que los actores merecíamos. Fue muy noble", dijo García, quien nunca trabajó con ella.

A pesar del ambiente de recogimiento, Jorge Gajardo, el ex marido de Palacios, se mostró reacio a la prensa y, muy molesto, dijo a los periodistas que estaban en el lugar que "aprendan a sentir y a querer a la gente, insensibles". Sus funerales se realizarán hoy, a partir de las 11 horas, con una misa en la misma iglesia y luego en el Parque del Recuerdo.

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