Marcelo Salas: El jugador chileno más exitoso de toda la historia
En 15 años el "Matador" consiguió 16 títulos con cuatro clubes y en tres países, marca no superada por ningún otro nacional.
Cuatro equipos defendió Marcelo Salas durante sus 15 años de carrera. En cada uno de sus estrenos se fue con un triunfo a las duchas. Le pasó con Universidad de Chile, en la Copa Chile de 1993, frente a Colchagua (1-0); en River Plate, con una victoria sobre Huracán por 3-2; y también en Italia: con la Lazio venció a la Juventus por la Supercopa y con la "Vecchia Signora" goleó 4-0 al Venezia.
Los triunfos y los títulos fueron una costumbre en la trayectoria del "Matador", quien se retira como el futbolista chileno más ganador de la historia, gracias a las 16 coronas que logró en Chile, Argentina e Italia. En el ranking supera a Jaime Pizarro, quien completó 15, y a Raúl Ormeño y Lizardo Garrido (13).
Para los hinchas de la "U" el más importante de esos campeonatos siempre será el de 1994. Después de 25 años sin celebrar, los azules encontraron en el zurdo a la figura que, con sus 27 goles, los guió a su octava estrella.
Salas se convirtió en ídolo rápidamente. Había arribado a Santiago apenas tres años antes, proveniente de Temuco, luego de que el dirigente Humberto Lira escuchara atento el dato que le dio Hernán Luna, quien trabajaba para él en la empresa Buses Lit.
La "U" desembolsó poco más de $ 68.000 por su pase al club Santos y de inmediato tuvo réditos. Debutó con dos goles frente a Soinca Bata en la Sub 17 y fue llamado a la selección nacional de la categoría.
Después fue cosa de esperar, aunque Arturo Salah no siempre apareció dispuesto a darle el lugar que al final tuvo en el equipo de 1994. La falta de recursos para conseguir otro ariete y la regla de incluir un Sub 2o cambiaron los planes.
GOLES AL MUNDO
Sus goles y triunfos en Chile, a los que sumó la corona del '95, no eran suficientes para agigantar su nombre. Fue en River Plate donde se transformó en una figura planetaria.
En su primer paso con los "millonarios" alcanzó cuatro coronas (tres en el torneo argentino y una Supercopa). Ahí surgió la devoción con el Monumental coreando el "shileno, shileno" que se convirtió en un símbolo de la conquista de un mercado casi imposible para el fútbol nacional.
Las campañas al otro lado de los Andes y en las Eliminatorias a Francia '98, ratificadas con su papel en el Mundial, le abrieron las puertas de Europa. La Lazio pagó US$ 17,5 millones por él para la temporada '98-'99, en la que obtuvieron la Recopa europea y la Supercopa italiana 1998. Al año siguiente llegó la corona de la Serie A, la Copa Italia, la Supercopa europea y la italiana.
Sus éxitos lo acercaron al Real Madrid, pero recaló en Juventus, en 2001, a cambio de US$ 24 millones (US$ 12 millones, más Darko Kovacevic), la mayor cifra jamás pagada por un futbolista chileno.
Pero ahí vino la lesión en la rodilla derecha que lo persiguió toda su carrera y que le impidió retomar su nivel. En Turín jugó 32 partidos en dos años y alzó tres copas (Scudetto '01 y '02, Supercopa italiana '02). Su último título fue en el Clausura '04, cuando volvió a River.
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