Uno de los principales narcotraficantes de Colombia en los años 80, Evaristo Porras, murió la semana pasada en Bogotá "sin un centavo en el bolsillo" y en medio de graves problemas de salud, informan hoy medios de prensa.

Según el diario "El Tiempo", el otrora socio de Pablo Escobar, quien fuera el máximo capo del cártel de Medellín, sufría de problemas cardíacos y no tenía dinero, por lo que era mantenido por sus hijos.

Porras, de 62 años, estaba en libertad desde 2006 tras pasar dos décadas en prisión por narcotráfico, negocio al que ingresó en los años 80 de la mano de Escobar y de Gonzalo Rodríguez Gacha, otro de los jefes del cártel de Medellín.

Escobar fue abatido en 1993, en medio de la "guerra" terrorista que declaró al Estado colombiano, mientras que Rodríguez Gacha cayó en una operación policial en 1989.

Al igual que Escobar, Porras se hizo conocido primero como político, pues en el departamento selvático de Amazonas (sur), fronterizo con Brasil y Perú, fungió de concejal por el Partido Liberal.

Porras fue acusado de manejar el cártel del Amazonas, que enviaba cocaína a Estados Unidos a través de Brasil, Ecuador y Perú.

Un hijo del mafioso le dijo a "El Tiempo" que éste se dedicó en los últimos años a hacer gestiones ante la Corte Suprema de Justicia en busca de la devolución de parte de su fortuna, como un edificio en Leticia, la capital de Amazonas, y un apartamento en Bogotá.

"No tenía ni con qué comer. A pesar de que se ganó tres loterías, todo se lo quitaron", dijo un familiar al diario.

En época de riqueza, Porras cumplió un sueño catalogado de extravagante por habitantes de Leticia al construir en la selva una casa idéntica a la mansión de la legendaria serie de televisión estadounidense "Dinastía".

En total, la Justicia colombiana le expropió bienes por unos 5.000 millones de pesos (unos 2,6 millones de dólares).

"El Tiempo" recordó que Porras tuvo líos judiciales en el Perú y que su abogado en ese país fue Vladimiro Montesinos, el asesor de inteligencia del gobierno de Alberto Fujimori, que ha recibido múltiples condenas por diversos casos de corrupción, la mayor de las cuales es de 20 años por un caso de tráfico de fusiles para la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc).