El gobierno acaba de anunciar un proyecto urbanístico a gran escala, con el cual se busca remozar el tradicional Paseo Bulnes y conectarlo, a su vez, con la Plaza de la Ciudadanía, creando con ello una gran explanada. Entre muchos aspectos, el plan contempla levantar el edificio Moneda Bicentenario, el cual contará con una superficie de 30 mil metros cuadrados y albergará diversas reparticiones públicas. Lo propio se hará en el Paseo Bulnes, donde se proyecta edificar otros 70 mil metros cuadrados, además de llevar a cabo múltiples mejoras. Todo lo anterior, sumado a la construcción de un pabellón que busca recordar la historia urbana de Santiago, constituirá una de las mayores intervenciones que haya experimentado el casco histórico de la ciudad.

Se trata de un proyecto ambicioso y que, por lo mismo, exigirá una cuidada planificación de parte de las autoridades, de manera que tanto el diseño como la licitación de las futuras obras cuenten con una amplia participación ciudadana, lo que permitirá que exista una mirada común en torno a éstas y de esa forma, el Barrio Cívico pase a ser un punto de encuentro ciudadano y un ejemplo de recuperación urbanística. El compromiso público que se ha tomado con esta intervención exige que las obras se lleven a puerto en los plazos comprometidos, por lo que es importante que se asegure su financiamiento y que el proyecto se desarrolle conforme lo que se ha anunciado, sin perjuicio de que éste pueda ser objeto de perfeccionamientos, una vez que se haga un análisis técnico y urbanístico más en profundidad.

Uno de los grandes méritos de este tipo de iniciativas es que, además de recuperar y revitalizar espacios de alta significación pública, permiten generar virtuosas sinergias, tanto desde el punto de vista habitacional como comercial, y en ese sentido, constituyen un buen ejemplo que podría replicarse en otras ciudades del país.