Histórico

Steve McCurry: el fraude de un fotógrafo estrella

Reconocido mundialmente y premiado por el World Press Photo, el autor de la imagen de La niña afgana para National Geographic se enfrenta al descrédito: es acusado de manipular sus fotografías.

En Bangladesh, uno de los países más pobres y desiguales, los niños juegan a la pelota como lo harían en cualquier otro lugar del mundo. En una fotografía captada por el fotoperiodista Steve McCurry se ven seis niños corriendo tras un balón en medio de un riachuelo. Los colores son intensos y la composición armoniosa. Sin embargo, la imagen no es fiel a la realidad: la fotografía original tiene tonos menos vivos y en ella aparecen dos personajes más: un séptimo niño corriendo detrás del grupo y el brazo de un octavo asomando por el extremo derecho. Elementos que ensuciaban el cuadro y McCurry hizo desaparecer en la foto definitiva.

Manipulaciones como esta se pueden detectar en al menos nueve fotografías de Steve McCurry (Pensilvania, 1950), uno de los fotoperiodistas más célebres y premiados del mundo, quien logró reconocimiento internacional hace 30 años con el retrato de Sharbat Gula, una niña afgana de mirada penetrante que fue portada de National Geographic.

Personas que desaparecen, señaléticas de tránsito que fueron borradas y cambios significativos en la iluminación y saturación de los colores son algunas de las intervenciones halladas en sus imágenes. Ganador de cuatro  primeros premios en el World Press Photo, McCurry enfrenta ahora duros cuestionamientos de sus colegas fotoperiodistas por romper las reglas básicas de esta disciplina, que indican no distorsionar la realidad cuando se trata de fotos documentales.

La controversia la destapó el fotógrafo Paolo Viglione, quien luego de asistir a la muestra El mundo de Steve Mccurry en el Castillo de Venaria en Turín -donde se exhiben 250 de las capturas más emblemáticas del estadounidense- compartió en su blog el error que detectó en una foto tomada en La Habana: en el fondo, un hombre casi imperceptible no tiene uno de sus pies, en su lugar está el resto de una señal de tránsito amarilla. A partir de entonces, se comenzaron a contrastar las fotos que McCurry compartía en su blog con las que aparecían publicadas en sus libros, muchísimo más coloridas e impactantes. Así, circularon en internet varias fotografías que dejaban en evidencia el excesivo uso de Photoshop.

En un primer momento McCurry salió del paso responsabilizando a uno de sus ayudantes, a quien habría despedido tras descubrir en las fotografías "un cambio que nunca habría autorizado". Sin embargo, a medida que se conocían más imágenes retocadas, tuvo que dar explicaciones más convincentes. "Yo soy un narrador visual, no un reportero gráfico", declaró McCurry en una entrevista a la revista Time, donde también se comprometió a frenar el uso de Photoshop. "Al reflexionar sobre la situación, a pesar de que yo sentía que podía hacer lo que quisiera con mis propias imágenes en un sentido estético y compositivo, ahora entiendo lo confuso que debe ser para las personas que piensan que soy todavía un reportero gráfico", afirmó.

Entretanto Magnum, la agencia internacional de fotografía a la que Steve McCurry pertenece desde 1986, sacó de circulación las imágenes aludidas y el mismo McCurry cerró su blog personal donde periódicamente compartía sus capturas.

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