SEÑOR DIRECTOR:

Es increíble que la institucionalidad argentina permita que el ministro de Economía y candidato presidencial pueda gastarse varios puntos del PIB (miles de millones de dólares) haciendo campaña -sin necesidad de una ley-, vía transferencias directas a los electores mediante bonos en la etapa previa a la elección.

En cualquier país serio, un tribunal invalidaría los resultados de esa elección, por haber sido obtenidos de manera ilegítima.

En este caso, además de los bonos en dinero, se transfirieron masivamente recursos a los jubilados; se eliminó el IVA en los supermercados a productos durante algunos días, y se fijó el precio de los combustibles temporalmente, entre otras desvergonzadas medidas intervencionistas, que denominaron “Plan Platita”.

Después de ver esta burla de institucionalidad electoral, podemos entender mejor por qué Argentina está cómo está. Lo increíble es que luego pretenden ser percibidos internacionalmente como un país gobernado por gente seria y honesta.

Julio Dittborn C.