Columna de Ricardo Abuauad: Sanguis martyrum

Metro Baquedano


“Sanguis martyrum, semen christianorum”: “Sangre de los mártires, semilla de (nuevos) cristianos”, afirmaba Tertuliano hace casi dos milenios. Se refería al testimonio de esas víctimas de las violentas persecuciones de los primeros siglos, que daban su vida por sus creencias. Es que pocas cosas conmueven más, estremecen más, que un mártir. O varios. Es así que esas escenas -demasiado frecuentes- de funerales de carabineros jóvenes, que dejan hijos y cónyuges por cumplir con su deber, no dejan a nadie impávido. Atrás parecen haber quedado los ACAB y otras varias expresiones que prefiero no reproducir. El cerrado apoyo ciudadano a la institución hoy (en la última Cadem, el 95% aprueba el uso de sus armas de servicio frente a hechos de violencia) también se cimenta sobre esa sanguis martyrum.

En ese contexto, llama la atención que la Subsecretaría de DD.HH. anuncie que el “Sitio de la Memoria” en Baquedano, que esperan inaugurar apresuradamente el segundo semestre de este año, se esté pensando con la necesaria “transversalidad”. ¿Cómo se hará esto? ¿Cómo se separa la memoria de ese lugar del enfrentamiento que ahí se dio, y que obviamente involucra a Carabineros? ¿Quiénes componen el comité curatorial a cargo de la escucha de testimonios, que aparentemente ya comenzó? ¿Quiénes darán estos testimonios? ¿Cómo se construye, en este momento, un relato, una versión de los hechos, que contribuya a la reconciliación cuando el proceso que ahí se detonó está lejos de concluir? ¿No se sacó el monumento del general Baquedano para protegerlo, pero también porque encarnaba un enfrentamiento que era mejor evitar? ¿Es posible imaginar que un mismo memorial, sin distancia histórica, calme las aguas de todos los que ahí se enfrentaron? Y si este sitio de la memoria no sirve para cerrar brechas, para superar la división, entonces ¿para qué lo hacemos?

En este momento turbulento, necesitamos una institución de Carabineros capaz de ejercer bien el rol que le compete, con la capacitación, medios y validación que requiere para eso. Por ahora, tenemos que evitar que se desangre con nuevos mártires, y, al mismo tiempo, que controle la violencia: distraer energías, tiempo y recursos en alinear visiones (que solo decantarán con el tiempo y la reflexión) para construir un memorial, parece inoportuno. Lo mismo que hoy se está intentando hacer de forma voluntariosa e imprudente, podría ser en el futuro un ejemplar proceso sanador y de reconciliación.

¿Queremos obras que contribuyan a la unidad? Recuperemos nuestras ciudades, nuestros centros históricos, los edificios rayados y quemados, hagamos de los espacios públicos lugares seguros para todos: imposible no esperanzarse con las primeras imágenes del proyecto Alameda-Providencia, con la recuperación de la vandalizada fachada del Colegio de Arquitectos. Pero eso recién comienza, queda mucho, requerirá un esfuerzo enorme. Recuperar nuestras ciudades, ese es el verdadero aporte a la unidad que podemos hacer desde la arquitectura.

Por Ricardo Abuauad, decano Campus Creativo UNAB y profesor UC

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