Hoy se celebra el Día Internacional del Libro para fomentar la lectura a nivel mundial, una fecha que en tiempos de aislamiento se convierte también en una oportunidad para hacer un orden en el librero o mueble donde se guardan y así redescubrir aquello que estaban olvidados, releer otros o regalar algunos. Según la Encuesta de Comportamiento Lector publicada por el Ministerio de la Cultura, las Artes y el Patrimonio en 2014, las personas siguen prefiriendo material de lectura impreso por sobre el formato digital, pese a la masificación de internet. Además, demostraron que un 51% de la población que vive en zonas urbanas lee al menos un libro impreso al año cuando los motivos son entretención u ocio.

Fundamentos del orden

Dentro del inmenso mundo de la categorización del mercado literario se pueden hacer dos grupos: los que se compran para leer y los que cumplen un rol decorativo. La bibliotecaria Tamara Yáñez recomienda sacar estos últimos del librero y darles un visible -como la mesa de centro- para que den pie a conversaciones. Los del librero en cambio, deben dividirse en tres selecciones: Los que se pueden donar o regalar, los ya leídos y los no leídos. Estos últimos se dividen en los que no se han leído por falta de tiempo, pero que se quieren leer, y los que definitivamente no se leerán y que, por ende, debiesen pasar al montón de los que se van a donar.

En las bibliotecas, comenta Tamara, los libros se ordenan por temática y luego por autor, pero en un librero no es necesario hacerlo así. "El orden de mis libros está hecho a partir del apellido del autor, lo cual me permite tener colecciones de autores juntas, y si el autor tiene muchos libros los sub ordeno alfabéticamente a partir de los títulos", cuenta, y explica que, en el caso de Jane Austen, sus libros van primero porque el apellido empieza con A, pero que dentro de su espacio Emma va antes que Orgullo y prejuicio, por ejemplo. Esto no se aplica en el caso de sagas, como Harry Potter o El Señor de los Anillos, pues en estos casos irían ordenados por fecha de publicación, de tal forma que primero iría La Comunidad del Anillo y luego Las dos Torres.

Existe otra manera de ordenar los libros personales, si es que este último no apela a los gustos. "Poner a la altura de los ojos los libros que más te gusten o que más quieras leer, y más abajo los que ya leíste o que prefieres dejar para más adelante", dice Tamara, y explica que esta manera ayuda a recordar que están ahí y así se pueden tomar cuando hay tiempo de leer.

Ordenar los libros por color ¿Funciona?

Algunas personas optan por ordenar sus libros por color para que el espacio se vea más ordenado y cumpla un rol de decoración además de ser funcional. Así se vio, por ejemplo, en el escritorio donde la actriz Kerri Washington grabó su mensaje para el evento Global Citizen el fin de semana pasado. "Creo que cuando las personas hacen esto, transforman a sus libros en un objeto de diseño", comenta Tamara, y añade: "El problema es que no te da espacio para crecer, porque una vez que logras tu ideal de librero ordenado por color y empiezas a añadir libros nuevos, te ves en la obligación de organizar todo de nuevo".

Aún así, si el objetivo es hacer de esta organización algo funcional, la experta explica que ayuda mucho tener memoria fotográfica. Hay personas que recuerdan sus ediciones de libros por el color, el ancho y la tipografía, y si es así, el orden cromático puede servir.

Dónde donar libros

Si ordenando se encuentran libros en buen estado que no se van a leer, la alternativa recomendada es donarlos. Para eso existen distintas iniciativas que pueden ayudar a que no sea un proceso engorroso.

• Green libros: En su sitio web GreenLibros.com cuentan con puntos donde se puede ir a donar y van a buscarlos a la casa su hay más de 100 ejemplares. Aceptan todo tipo de libros y en todos los idiomas. No aceptan revistas ni cuadernos ni diarios ni textos entregados por el Ministerio de Educación. Por supuesto, deben estar en buen estado.
• Libro Amigo: Son una iniciativa sin fines de lucro que instala y administra mini bibliotecas en hospitales públicos,  restando libros de forma gratuita a pacientes, familiares y funcionarios. En Libroamigo.cl/donar está toda la información sobre cómo ayudar.
• Bibliotecas municipales: también suelen aceptar donaciones de libros y publicaciones en buen estado, así como las escuelas y liceos locales, donde se preguntar directamente sea cual sea el caso.