
La discusión a gritos entre Bárbara Figueroa y Camilo Escalona que marcó la inscripción de candidaturas oficialistas
Un cambio de último minuto en las candidaturas del distrito 3 provocó un fuerte impasse entre ambos secretarios generales. Entre los negociadores es extendida la idea de que los comunistas fueron los que retrasaron el cierre de la inscripción por enredos internos.

Cerca de las 23.00 horas de este lunes, cuando el plazo para inscribir candidaturas se agotaba, la voz de Bárbara Figueroa retumbó en las paredes de la sede del Partido Socialista (PS), donde los negociadores de todo el pacto Unidad por Chile estaban recluidos para ingresar sus nóminas al sitio web del Servicio Electoral (Servel).
A esas alturas de la noche el ánimo de los negociadores no era el mejor. Según reconocen algunos de los presentes, las horas sin dormir y la exposición a tablas de Excel ya pasaban la cuenta a esas alturas. Pero todos intentaban permanecer concentrados en la inscripción de los últimos nombres que restaban.

La voz de Figueroa rompió con esa concentración. Los ojos de los negociadores se volcaron a la secretaria general del Partido Comunista (PS) cuando la escucharon decir, en voz muy alta, que no se podían hacer arreglos de último minuto en la negociación. Su mirada iba dirigida a Camilo Escalona, el secretario general del PS.
Lo que irritó a Figueroa fue que, cuando faltaba menos de una hora para cerrar la nómina, Escalona comenzó a negociar un cupo parlamentario en Antofagasta con la DC.
El escaño era de los socialistas, específicamente del candidato Hernán Vargas. Pero, para cumplir con la paridad, no podían ser ellos quienes presentaran una candidatura ahí. Por lo mismo, se lo ofrecieron a la Falange, que terminó por aceptar e inscribió a Margarita Montecino.
“¡No me suba la voz, compañera! Yo no estoy acostumbrado a los gritos”, le respondió Escalona desde su silla, también gritando.
“¡No le he subido la voz! Pero es un tema relevante, es necesario marcar líneas”, le replicó Figueroa. La secretaria general del PC justificó que el objetivo de haber hecho cuadrar los 183 cupos durante el fin de semana era precisamente evitar los movimientos de última hora, por lo que pidió que se respetara el acuerdo al que se había llegado en los días previos.
Para superar el impasse, Escalona preguntó a todos los presentes si estaban de acuerdo con que el PS cediera ese cupo a la DC. Como todos dieron una respuesta favorable, el asunto terminó ahí y la Falange terminó con 31 cupos inscritos, en el caso de las diputaciones. Pero fue un comentario obligado entre los negociadores tras el término de la inscripción.
De hecho, incluso quienes no estuvieron presencialmente en la sede del PS se enteraron del cruce.
Más allá de ese intercambio, entre los negociadores es extendida la idea de que el PC fue el responsable de extender el cierre de la inscripción de candidaturas. En particular, porque tuvieron problemas para registrar sus nombres en algunos distritos: el 8, el 10 y el 12.
Por ejemplo, a la actual diputada Alejandra Placencia (PC) no la inscribieron hasta las 23.40 horas, aproximadamente, en el distrito 10. Según transmiten desde su entorno, ella esperaba que la nominaran en otro distrito, para no tener que competir contra la exalcalde de Santiago Irací Hassler, del mismo partido.

La tensión era tanta, que Pablo Monje, el negociador del PC, intentó descomprimir el ambiente con un comentario que los demás en la mesa interpretaron como un chiste. “Si no tenemos candidato, me inscribo yo”, dijo a minutos del cierre.
También fue compleja la inscripción de Marcos Barraza (PC) como dupla de Gustavo Gatica en el distrito 8. Ahí había otra alternativa entre las filas del PC: la también exconvencional Valentina Miranda.
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