Por Julio NahuelhualBettina Horst: “No hay que amarrarse a una cifra de recorte de gasto público sin antes saber el hoyo fiscal que dejará este gobierno”
La actual directora de Libertad y Desarrollo cree que ampliar el espectro político del próximo gobierno no debe traducirse en inhibir la agenda original de José Antonio Kast y afirma que el plan de baja de impuestos debe ir acompañado de un financiamiento creíble. Horst elude la opción de convertirse en directora de Presupuestos de Kast. "Es un cargo en que mucha gente lo haría muy bien", responde.

Su nombre ha estado presente durante las últimas semanas en la mesa de conversaciones del mundo político de oposición, quienes le dan una chance de ser la próxima directora de Presupuestos de José Antonio Kast. Sin embargo, la economista y actual directora ejecutiva de Libertad y Desarrollo (LyD), Bettina Horst, le baja el perfil a esa posibilidad.
“Para aportar a un gobierno, para que le vaya bien, hay espacios tanto adentro como afuera del gobierno”, afirma la también actual consejera del sistema de Alta Dirección Pública.
En entrevista con Pulso, la economista cree que incorporar y ampliar las miradas en el próximo gobierno no debe traducirse en un freno a la agenda original de Kast y afirma que el plan de baja de impuestos del republicano debe ir acompañado de un financiamiento creíble y sustentable.
“No hay que amarrarse a una cifra de recorte de gasto público sin antes saber el hoyo fiscal que dejará este gobierno”, lanza Horts frente a la posibilidad de que el desbalance fiscal de 2025 sea mayor que el presupuestado.
¿El reciente triunfo de Kast significa que se corrió el cerco ideológico o es una mayoría circunstancial derivada de que la derecha interpretó mejor esta vez las necesidades del electorado?
-No me atrevería a afirmar al día de hoy que se corrió el cerco o hubo un cambio ideológico en la población. Acá hubo más bien una mejor interpretación sobre cuáles son los desafíos que hoy enfrenta el país y la ciudadanía. Eso tuvo conexión con una campaña que no se vistió con slogans ajenos, sino con una campaña consistente con lo que se venía diciendo desde hace muchos años atrás. La campaña de 2021, que tuvo aciertos y desaciertos, tuvo como eje central el recuperar el orden público, el crecimiento económico, la austeridad fiscal. En ese momento era muy fácil acogerse a lo que era políticamente correcto y dejarse llevar por eso a lo que supuestamente la calle clamaba. Ahí el mundo republicano y el mismo José Antonio Kast mantuvieron una consecuencia en su discurso, que han mantenido estos cuatro años y que hoy siento que la ciudadanía no sólo empatiza, sino también lo ve más consistente en el tiempo.
¿No hay que autoengañarse entonces en decir que todos estos votos son más bien de derecha, como creen algunos en la oposición?
-Es que hace mucho tiempo la realidad dejó atrás la discusión derecha-izquierda. Si bien es cierto que José Antonio Kast no pasó a segunda vuelta con la mayoría con la que salió electo, sí es verdad que cuando se suman las votaciones de Evelyn Matthei, Johannes Kaiser y del mismo Kast no hay votos prestados en términos de que hubo una inmensa mayoría en primera vuelta que empatizaba y quería empujar los ejes que presentaba el candidato republicano en su campaña. Quizás había diferencias de estilo o énfasis, pero los ejes estructurales, como el orden público, crecimiento económico y asegurar las fronteras, son prácticamente iguales.

¿Cree que hay una clase media más apegada al orden y a la economía de mercado?
-Ese tipo de análisis se pueden hacer en una perspectiva más larga en el tiempo. O sea, decir que hoy se corrió el cerco (ideológico) después de una elección… mejor hablemos en unos 10 años más para ver cuán consistente es eso en el tiempo. 10 años de bajo crecimiento obviamente empiezan a ser un tema central en la vida de la población. Además, están los temas de seguridad ciudadana, de delincuencia común y también de crimen organizado. Quizá eso es algo que está más presente en barrios de clase media baja y baja que en otros sectores.
Hoy la ciudadanía se dio cuenta que la buena onda de parar el Metro, en realidad nos perjudica. La buena onda de salir a quemar, en realidad nos perjudica. La buena onda de no preocuparse del crecimiento económico nos perjudica. La buena onda de desacreditar el mundo privado no nos genera riqueza. Entonces, también se generó un sentimiento de lo que era bien visto hace seis años atrás, hoy se da cuenta que tuvo malos resultados.
Más allá de las medidas específicas, ¿cuáles son las señales o el relato que debe instalar José Antonio Kast en sus primeros 90 días de gobierno?
-El principal relato que tiene que acompañar todo esto es decir: ‘haremos todos los esfuerzos y no escatimaremos en recursos para darle solución a los problemas que aquejan a Chile, pero esas soluciones no son inmediatas’. Hay que dejar claro que se están haciendo todos los esfuerzos y no se está dejando de usar ninguna herramienta por ideología política para implementarlo.
También bajar las expectativas…
-Más que bajar las expectativas hay que transmitir realismo. Quizá hay quienes durante la campaña instalaron expectativas tremendas, pero también la ciudadanía entiende que los desafíos son complejos. No es cerrar una llave y se soluciona el problema. En el fondo, son varios los aspectos que hay que ir cambiando.
¿Hay algún error que no deba cometer Kast en sus primeros 90 días o en la primera parte de su gobierno? ¿Hay algo que deba evitar?
-Hay un elemento que nos gustaría que esté presente tanto en la etapa de instalación como después con la agenda legislativa… Que el ampliar el espectro político, tanto en el apoyo en el Congreso como también en figuras importantes de su gobierno, no se traduzca en deslavar a este gobierno. Es decir, incorporar distintas miradas, pero sin perder el foco y el eje central de lo que es su gobierno. Por ejemplo, es probable que quizás alguna de las medidas que quiera impulsar no tenga las mayorías en el Congreso, pero a mí me gustaría que él igual presente al Congreso su proyecto. Es decir, no inhibirse de avanzar con la agenda con la que quiere avanzar.
Usted ha dicho que es necesario revisar en marzo próximo el presupuesto que dejará el gobierno de Boric. ¿Por qué?
-Porque el cierre fiscal (de 2025) recién se entregará probablemente los primeros días de febrero. El año pasado el déficit fiscal que hubo fue una sorpresa importante. Entonces, todas las señales apuntan a ponerle un gran signo de interrogación a cuál van a ser las cifras de cierre de este año. Todavía no sabemos sobre qué se está dibujando. Además, no conocemos todavía en qué va a terminar tener el reajuste de los sueldos de los funcionarios públicos. Lo que hemos dicho es que el costo va a ser cercano a los US$1.500 millones. Creemos que va a haber un déficit fiscal heredado mayor por el reajuste.
Una vez que asuma el gobierno es cuando te vas a dar cuenta cuánto ya está comprometido, cuánto está gastado, cuánto está de arrastre… Entonces, es altamente probable que haya que tener que rehacer el presupuesto.
¿Qué significa rehacerlo?
-En el fondo, tener que mirar en forma responsable realmente cuánto ya está comprometido, cuánto ya está gastado y cuánto es el déficit que se hereda del pasado.
¿El recorte de los US$ 6 mil millones y su timming depende de cuanto será el hoyo fiscal que deje este gobierno?
-Lo que pasa es que creo que no hay que amarrarse con un monto, porque esto no es algo que se tenga que hacer por placer, es por necesidad. Entonces, una vez que tengas dimensionada la necesidad, hay que hacer los ajustes. Por ejemplo, en vivienda hay temas de arrastre en la ejecución de nuevos subsidios habitacionales para los próximos años. También en los US$6 mil millones de recorte hay medidas que son legales, como el tema de las licencias, que va más allá de una mejor fiscalización de la Contraloría. Hay temas de mejor fiscalización del Transantiago. Entonces, no es solamente recortar gasto público o programas públicos… hay distintos elementos. Es decir, no hay que amarrarse a una cifra de recorte de gasto público sin antes saber el hoyo fiscal que dejará este gobierno.
Lo que sí es importante es que las nuevas autoridades presenten un plan de convergencia fiscal creíble, que se cumpla. Chile no aguanta, frente a un inversionista extranjero, cuatro años más de desvíos, de sobreestimaciones de ingresos, de subestimaciones de gastos, y mostrar al final un Estado que ha sido incapaz de controlar el tema de las finanzas públicas.

- Muchos hablan de la posibilidad de que usted sea la próxima directora de Presupuestos de Kast. ¿Está disponible?
-La Dirección de Presupuestos (Dipres) es un cargo en que mucha gente lo haría muy bien. Para aportar a un gobierno, para que le vaya bien, hay espacios tanto adentro como afuera del gobierno. En Libertad y Desarrollo se juega un rol importante de colaborar y apoyar las buenas ideas de un gobierno y también alertar cuando quizás pudiera desviarse un poco de su propuesta al país.
Ante una llamada del Presidente, es difícil negarse…
-Siempre es importante no llegar a ese punto del llamado.
Pero más allá de la Dipres, ¿habría una posibilidad de ingresar al gobierno en otro cargo?
-Hay muchos espacios. Hoy soy parte del Consejo de Alta Dirección Pública, que también es un espacio súper relevante para efectos de ayudar y facilitar la instalación de un gobierno, tal como ocurrió con el Presidente Boric y el Presidente Piñera.
¿Los cuadros técnicos de Libertad y Desarrollo están disponibles para asumir en el nuevo gobierno?
-Para los dos gobiernos de Sebastián Piñera, el 2010 y el 2018, se fue una parte relevante del equipo a trabajar en el gobierno, lo cual nos impone el desafío del rearme, pero también nos da la satisfacción de poder aportar con gente que tiene una formación sólida en políticas públicas y manejo del día a día del Estado… Es una buena señal que gente valiosa de acá que se vaya a trabajar al gobierno.
¿Cada punto de baja de impuestos prometida por el nuevo Mandatario -que incluye recorte del impuesto corporativo, un crédito a la contratación y la eliminación de las contribuciones a los mayores de 65 años- debe ser respaldada en detalle por recortes fiscales?
-La rebaja de impuestos tiene que insertarse en un paquete de reforma más amplio. Si eso no va acompañado con un programa fiscal que le dé sostenibilidad en el tiempo, no va a tener los efectos económicos que se esperan. Si esa rebaja de impuestos no es creíble por los inversionistas, ellos pueden decir: ‘lo bajaste un año, pero vas a tener un déficit fiscal tal que lo vas a tener que subir al próximo año o el próximo gobierno que llegue lo va a tener que revertir’. No se puede ver como una rebaja transitoria. La reforma tiene que ir acompañada de ordenamiento fiscal, crecimiento económico y una senda de convergencia fiscal que sea creíble en el corto plazo.
El reciente panorama dibujado por el Banco Central en su Ipom revela una mejora de la economía para los siguientes años. ¿Cómo puede esto favorecer este escenario para las pretensiones del nuevo gobierno?
-Pero hay que decir que el Ipom sube sus estimaciones para 2026, pero en 2027 volvemos al estancamiento. Obviamente, es una buena señal que la economía muestre algún signo de recuperación cuando asume un gobierno, pero no hay que encandilarse con eso, porque los aspectos fundamentales de la economía no han cambiado mayormente. Entonces, las reformas necesarias no se pueden dejar de lado porque un año puntualmente se puede crecer un poco más, que sigue siendo mediocre e insuficiente. Acá lo que tiene que haber es una senda de crecimiento más sostenible en el tiempo.
¿Y eso qué significa? Pasar de la actual tasa de inversión de 24% del PIB y llegar a la tasas de 28% y ojalá 30%, que sea permanente en el tiempo. Esto, de tal forma que nuestro crecimiento potencial llegue más cerca del 4% y ya no siga anclado al 2% como lo tenemos hoy día.
Es bueno que no entremos en euforia o en depresión por un Imacec bueno o un Imacec malo, o una economía que un año quizás muestre un poco más de vuelo. Más bien tenemos que pensar en cómo reconstruir lo que nos permita crecer en forma sostenible, a tasas bastante más altas de lo que estamos creciendo hoy día.
¿Qué le parece que hoy la dupla más cercana a llegar al equipo económico de Kast sea José Luis Daza y Jorge Quiroz?
-Son dos excelentes nombres e, independiente donde lleguen, serían un gran aporte. A Jorge Quiroz lo conocí este año y desde lo técnico, lo personal y humano me parece una súper buena carta. Estoy segura que José Luis Daza, aunque se quede en Argentina, también va a ser un gran aporte para traspasar la experiencia de lo que han hecho en Argentina.
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