La ex Superintendencia de Bancos (SBIF) anunció el año pasado que avanzaría en mejorar la denominada portabilidad de los créditos, es decir, que cualquier usuario pueda cambiarse de institución financiera fácilmente, conforme a la entidad que ofrezca mejores condiciones.

Pero finalmente la iniciativa la tomó el Ministerio de Hacienda, y hoy el titular de la cartera, Felipe Larraín; junto al Presidente Sebastián Piñera; y el ministro de Economía, Juan Andrés Fontaine; presentarán a las 12.00 el proyecto de ley de portabilidad financiera.

¿En qué consiste la iniciativa que es parte de la agenda del segundo tiempo de Larraín? Según los lineamientos preliminares, se busca que en el caso que una persona tome un crédito en una entidad, pueda llevarse ese crédito a otro banco cuando lo decida.

Para ello, en su momento se evaluó que los usuarios puedan exijir a su banco que entregue un documento con los detalles de su crédito, las tasas que le ofrece la entidad, cuántas cuotas le quedan por pagar, todo con el objetivo de que el cliente pueda acudir a otra entidad financiera con el documento y así optar a la mejor oferta disponible en el mercado. Esto sería para todos los productos financieros.

Lo que se ha expuesto en términos gruesos debiera ir acompañado de beneficios o incentivos para impulsar los traspasos, pues la mera información no tendrá el efecto esperado. De hecho, hoy ya es posible obtener la información y condiciones de cada crédito.

Con todo, la idea es disminuir costos, tiempo y papeleo al cambiarse de institución financiera, con un beneficio directo a 2,5 millones de hogares con créditos de consumo, 1 millón de hogares con créditos hipotecarios, y las pymes con créditos comerciales. Sobre el punto, en junio el titular de Hacienda sostuvo que "así como hubo portabilidad numérica, hoy quienes tienen un crédito puedan acceder a condiciones mejores y de forma más expedita" con la portabilidad financiera.