"Pasamos de sentirnos invencibles a percibirnos excesivamente frágiles"
El director del Departamento de Economía del MIT, Ricardo Caballero, desmenuza la crisis en el mundo árabe. ¿Su conclusión? La economía mundial posee cimientos firmes, pero se debe monitorear atentamente la situación interna de los países productores. Para Chile, los flancos son el precio del cobre y la vulnerabilidad del sistema energético.<br>

Si hay algo que define a Ricardo Caballero (52) es su reconocido "olfato económico" y su capacidad para desmenuzar las situaciones inesperadas que se producen en el tráfago del intercambio global de bienes y servicios.
Aunque reside en Weston, un suburbio a 15 minutos de Boston, el director del Departamento de Economía del MIT tiene siempre el ojo puesto en los confines del sistema económico global, y su mirada siempre está atenta al surgimiento de inestabilidades. Ello lo ha vuelto una suerte de "vaticinador" de eventuales crisis, y lo ha convertido en experimentado investigador de las huellas que las turbulencias dejan a su paso.
En las últimas semanas, ha seguido en detalle las revueltas que sacudieron a Túnez y Egipto y que hoy tiene al mundo pendiente de lo que pueda ocurrir Libia, el sexto mayor productor de crudo en el mundo.
Antes de partir, esta semana, a una reunión del FMI, donde expondrá sobre manejo de cuentas de capitales en épocas de turbulencias, este PhD en Economía analizó la situación en el mundo árabe.
Su mirada es cautelosa, pero con prevenciones. Según él, los mayores peligros del escenario actual están asociados a un agravamiento del shock petrolero o a la agudización de las presiones internas en los países productores de crudo (especialmente los de la OPEP), como Irán.
- ¿Está hoy el mundo en crisis o se trata de "zonas críticas", que todavía están acotadas?
- No es difícil hacer funcionar la imaginación y pensar en resultados catastróficos para la economía global como consecuencia de la situación en el Medio Oriente y el norte de África. Y por desgracia los mercados financieros están tensos y dispuestos a hacer funcionar la imaginación. Pero el escenario central, al menos por ahora, es todavía uno de crecimiento firme para la economía global.
- Si tuviera que expresarlo en escala Richter, ¿a qué grado corresponde esta crisis?
- Para el mundo como un todo, entre 3 y 4… pero hay que recordar que la escala Richter es extremadamente no lineal. Si subimos a 5, lo que es posible, lo sentiremos mucho mas fuerte.
- ¿Por qué el crudo sigue jugando un rol tan relevante en la economía global? Uno tiene la impresión de que estamos de vuelta en la década de los '70.
- Esto no tiene nada que ver con los '70, al menos por ahora, y ciertamente no en EE.UU, donde no hay una mayor crisis energética en este momento. Pero sí es cierto que el petróleo tradicionalmente tiene un efecto mucho más allá de su verdadera importancia en la economía. En el pasado, se le echaba la culpa en gran parte a la mala respuesta de la política monetaria, que típicamente sobrerreaccionaba a un shock de oferta como si fuese de demanda agregada. Todavía puede quedar algo de esto, pero el problema va más allá, y creo que tiene que ver con la enorme incertidumbre asociada a estos shocks, ya que vienen acompañados de grandes problemas geopolíticos... y de la posibilidad de algún evento extremo, el que no entendemos bien, y luego genera enorme ansiedad en inversionistas y consumidores.
"Si el shock de oferta aumenta, será doble mala noticia para países como Chile, ya que eventualmente puede llevar a una caída fuerte del precio del cobre. Ésa es la gran diferencia entre un alza del precio del petróleo producto de una expansión de la demanda global, versus una que es producto de un problema de oferta, como ahora".
- Lo que está ocurriendo tendrá impacto en la matriz energética mundial, con mayores costos en la producción de electricidad. ¿Le parece esto una oportunidad o una amenaza?
- No hay que sobredramatizar lo que está ocurriendo ahora. Es cierto que el petróleo spot ha subido fuertemente en estos días, pero la tendencia más fuerte, especialmente la que afecta a los mercados futuros, viene de antes y es producto de la recuperación del crecimiento mundial. Mientras ése sea el escenario central, el precio del petróleo seguirá subiendo y en el proceso aumentan los incentivos para acelerar la introducción de fuentes alternativas de energía.
- ¿Por qué a los países, sobre todo a las economías industrializadas- les ha sido tan difícil desarrollar energías no-fósiles?
- No soy un experto en este asunto, pero creo que el tema principal es el costo. Muchas de las alternativas que llenan la imaginación de los comentaristas son mucho más caras hoy en día. Y lo que es peor, cuando estos sueños contagian a los políticos, terminamos con experimentos contraproductivos, como ocurrió con el etanol de maíz.
- ¿Cuánto va a afectar este shock las perspectivas de crecimiento de las distintas regiones del mundo éste y el próximo año?
- Por ahora, los efectos son acotados a nivel mundial y están dominados por factores internos dentro de cada región y de la recuperación global en general. Unas pocas décimas de crecimiento, ciertamente muy dentro del enorme margen de error que tienen las proyecciones económicas.
Es más, hay factores que apuntan en la dirección contraria. Por ejemplo, en EE.UU. hay un récord de producción de gas natural, lo que ha reducido el costo promedio de la energía para muchos hogares y compañías. Pero sí es cierto que este asunto tiene más impacto en Europa y, potencialmente, Asia.
Obviamente todo esto cambia si el petróleo se dispara a US$ 150 en un muy corto plazo, lo que desafortunadamente no es imposible, y depende fundamentalmente de si la crisis se extiende a países como Arabia Saudita o Irán.
- ¿Qué efecto cree usted que este shock petrolero -y las crisis políticas en los países productores- tendrá a nivel mundial? Hay expertos que señalan que las condiciones endémicas de los países productores -falta de libertades, dependencia de las exportaciones y corrupción- podrían gatillar conflictos sociales en otros países.
-Mucho más allá del efecto directo del precio del petróleo, creo que una de las grandes fuentes de incertidumbre para el mediano plazo es, precisamente, ese factor. Y en este contexto, el efecto del alza en el costo de los alimentos, que se retroalimenta con la subida del precio del petróleo, puede gatillar enormes conflictos sociales, con consecuencias impredecibles, y de todos los signos...
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