Acusación constitucional necesaria

SEÑOR DIRECTOR:
La acusación que votará el Senado este martes marcará un precedente. No solo sería la primera aprobada contra un ministro de este gobierno —ya respaldada por la Cámara—, sino también la primera vez que el Congreso sanciona a un ministro por incumplir los deberes de eficiencia y eficacia en la gestión pública que exige la ley.
Puede ser un antídoto frente a la banalización de la política. Durante años, las autoridades han evadido responsabilidades ante dilaciones injustificables y negligencias temerarias, lavándose las manos o culpando al “sistema”. Esta acusación sería un acierto contra la “tiranía sin tirano” de la burocracia —como advirtió Arendt—, donde los ciudadanos acumulan frustración porque el Estado funciona tarde o mal y nadie responde por ello.
Hay esperanzas para Chile. La Contraloría está persiguiendo enérgicamente el fraude en el Estado; el Tribunal Constitucional destituyó a una senadora que desafió prohibiciones constitucionales. Ahora es el turno del Senado de comprometerse por un mejor Estado.
Arturo Hasbún Nazar
Coordinador de Políticas Públicas
Fundación Jaime Guzmán
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