¿Proteger o frenar?

SEÑOR DIRECTOR:
La columna del sábado de César Barros destaca el daño que causa la excesiva permisología al desarrollo del país. Diversos sectores han advertido cómo esta maraña de regulaciones frena inversiones, retrasa proyectos y desalienta el emprendimiento. Sin embargo, rara vez se aborda una dimensión más profunda: muchas de estas trabas no son meros excesos burocráticos, sino herramientas de una lógica política que busca contener el desarrollo.
Bajo pretextos legítimos —como el medio ambiente, la participación ciudadana o la justicia territorial— se ha levantado un entramado de trámites que, lejos de ordenar, bloquea el crecimiento. La permisología deja de ser técnica para convertirse en mecanismo de control.
A veces, el verdadero objetivo no es la sustentabilidad, sino frenar una economía que otorga autonomía a las personas. Así, la burocracia se transforma en trinchera política: ralentiza el progreso para mantener vigente el relato de la necesidad permanente.
El desafío no es solo normativo, sino cultural: construir una mayoría consciente de que muchas barreras no nos protegen, sino que nos subordinan.
Patricio Crespo Ureta
Dirigente gremial
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