Culto

Drogas, abusos y vigilancia: las revelaciones de Casandra Ventura, la testigo clave del juicio contra Sean “Diddy” Combs

En la segunda jornada del juicio contra el exrapero y empresario del entretenimiento, se agendó la declaración de Casandra Ventura, la cantante y expareja del acusado, que es la testigo clave de la Fiscalía. En su testimonio detalló claves de su vida con él y los abusos a los que fue sometida.

En su segunda jornada, el juicio contra Sean “Diddy” Combs, tiene en agenda la presencia de una de las testigos claves de la Fiscalía. Se trata de Casandra Ventura, cantante y ex pareja del acusado.

Ventura, también conocida como Cassie, presentó una demanda civil contra Sean “Diddy” Combs en 2023 acusándolo de violación y años de abuso físico.

Tras egresar de la escuela en Connecticut, Ventura se mudó a Nueva York para seguir su aspiración de ser una cantante popular. En 2005, a los 19 años, conoció a Sean “Diddy” Combs y un año después, firmó un contrato de 10 álbumes con su sello discográfico, Bad Boy, lanzando su sencillo debut, Me & U. De allí su carrera musical se volvió intermitente. Solo sumó un puñado de colaboraciones y un mixtape publicado en 2013.

Según apuntan los medios, se espera que Ventura revele detalles que permitan conocer cómo Combs estableció un sistema de abuso y control sobre su vida y su carrera durante más de una década.

Casandra Ventura, la testigo clave del juicio contra Sean "Diddy" Combs

Los fiscales aseguran que Combs le ofreció oportunidades musicales, que la golpeó cuando se salió de su sistema, como una suerte de castigo; y que además la drogaba para someterla a tener sesiones maratónicas de sexo con trabajadores sexuales mientras él grababa los encuentros.

Ventura había presentado en 2023 una demanda federal que terminó con un millonario acuerdo. Fue el momento clave que trastocó la imagen pública de Combs y lo hizo enfrentar una serie de demandas posteriores que lo tienen en prisión hasta ahora.

Además, Ventura protagoniza una de las pruebas clave de la Fiscalía. El lunes, durante el primer día de juicio, el jurado accedió a las imágenes de una cámara de vigilancia de un hotel, captadas en 2016, que muestran a Ventura intentando escapar de una habitación, hasta ser brutalmente golpeada y arrastrada por Combs desde el pasillo.

Ante esa historia, declaró el lunes Israel Florez, guardia de seguridad del Hotel InterContinental de Los Ángeles. Aseguró antes el jurado que las cámaras de seguridad captaron a Combs golpeando y pateando a Ventura en un pasillo en 2016. Afirmó que ella tenía un “ojo morado” y que Combs le ofreció dinero en efectivo.

Ventura, de 38 años, entró a declarar al Tribunal Federal de Distrito del Bajo Manhattan, pasadas las 11 de la mañana de Chile, vistiendo un traje color marrón, según aseguran los reporteros del NYT. Actualmente está embarazada de ocho meses. Mientras, Combs, estaba también en la sala vistiendo un suéter claro de cuello redondo.

A Ventura se le preguntó qué sabía de Combs antes de conocerlo, a los 19 años, en 2005. “Sabía que era un músico y emprendedor excepcional. Era un fanático de la música. No sabía mucho de él personalmente”, detalló. Luego, explicó que él la besó el día en que cumplió 21 años y que el incidente la incomodó.

Ante la pregunta de por qué deseaba estar cerca de él, Ventura respondió: “Quería estar cerca de Sean por las mismas razones que todos los demás en ese momento”, apuntó. “Era un tipo emocionante, entretenido y divertido que, además, tenía, ya sabes, mi carrera en sus manos”.

Cuando se le pidió describir su relación con Sean “Diddy” Combs, señaló. “Había discusiones violentas que solían acabar en algún tipo de maltrato físico”, respondió. “Arrastreos y cosas por el estilo”.

Ante la pregunta de qué era un “freak off”, la palabra en léxico para describir sexo voyerista, respondió: “Básicamente implica contratar a una acompañante y organizar esta experiencia para poder actuar para Sean”. Eso le permitió a Combs “observarme con la otra persona y guiarnos en lo que hacíamos. Con el tiempo, prácticamente se convirtió en un trabajo para mí”.

Señaló que desde sus primeros encuentros con él sintió nerviosismo y confusión, pero sentía la responsabilidad de complacerlo. “Estaba confundida, nerviosa, pero también lo quería mucho”, dice.

Ventura asegura que los videos que Combs grababa durante los encuentros sexuales se convirtieron en “material de chantaje”. Temía que los llegara a publicar en internet. “Tenía muchos recursos para hacerlo”.

La testigo se explayó sobre el estilo de vida de Combs. “Era un estilo de vida muy diferente”, dice. “Tenía asistentes a su disposición. Podía hacer cualquier cosa con rapidez. Se ganaba el respeto de todos y viajaba bastante”. Y señaló que en los primeros meses “creo que simplemente estaba enamorada de él. Simplemente lo estábamos pasando bien”.

Ventura detalló que el romance con Combs comenzó en un viaje a Miami, donde tuvieron relaciones sexuales en un barco y él le dio una pastilla de éxtasis. Pero cuando ella no le respondía a sus llamadas, él la buscaba “incesantemente” e incluso solía pedir que sus asistentes y personal de seguridad la localizaran.

De hecho, asegura que “el personal de seguridad lo protegía y me vigilaba”.

Además, detalla que Combs tenía violentos cambios de humor y que se enfurecía si consideraba que se portaba “como una niña”. “Ponía una cara inapropiada, y de repente me estaba dando un golpe en la cara”.

Ventura detalla que a pesar de que la relación estaba cruzada por la infidelidad y los celos, aceptó mudarse a Los Angeles “porque estaba enamorada y quería estar cerca de él”.

En L.A, ella y Combs vivían en sus propios apartamentos, muy cerca el uno del otro. Pero según Ventura, Combs tenía llaves y las usaba cuando quería. Detalla que “se le hacía un nudo en ele estómago” cuando la visitaba porque nunca sabía de qué humor estaría: podría gritar y golpear la puerta o entraría tranquilamente.

Según Casandra Ventura, las salvajes fiestas de Sean “Diddy” Combs “me robaron gran parte de la vida”. Detalla que pasaba días enteros en vela, bebiendo, consumiendo drogas y teniendo sexo con desconocidos.

Asegura que los encuentros podían extenderse entre 36 horas y cuatro días, incluyendo momentos de descanso. Básicamente, debía reponerse para volver a estar bien y seguir con los excesos.

“Los freak offs se convirtieron en un trabajo donde no había espacio para hacer nada más que recuperarse y simplemente intentar sentirse normal de nuevo”, dice.

Tras una pausa de receso para almorzar, Ventura continuó se declaración pasadas las 13:00 horas. Detalló el control de Combs sobre su apariencia, de hecho, asegura que le hacía exigencias específicas. Por ejemplo, exigía que le pintaran las uñas de blanco, también le habló sobre implantes mamarios y le dijo al menos una vez que su cabello parecía “demasiado mexicano”.

Además detalló que debía dedicar tiempo a prepararse para los encuentros casuales. “Tenía que tener un aspecto determinado durante los freak off”.

El control que ejercía Sean “Diddy” Combs era tal, que él mismo o su equipo de seguridad le quitaba sus dispositivos como el laptop o teléfono. Con el tiempo, los recuperaba. “Dependía de cuánto tiempo me castigaran”, detalla.

También rememora episodios de violencia. Detalla que Combs mantenía armas en cajas fuertes en todas sus casas. Recuerda que en una ocasión, estaban teniendo una pelea en una de sus casas en Los Ángeles cuando uno de sus guardias de seguridad, D-Roc, alertó a Combs de que Suge Knight, un rival de larga data en la industria musical, estaba en un restaurante de la ciudad.

Ella dice que Combs ordenó en el acto preparase para ir a enfrentarlo. Se fueron en una camioneta, y le entregaron un arma para que la guardara en su bolso, una situación que la “aterrorizó”. Dice que esa no fue la única vez que le pidieron que manejara un arma.

Asimismo, detalló que la primera vez que tuvieron un “freak off” con Combs, este hizo que una bailarina de Las Vegas tuviera sexo con ella. De esa vez, recuerda consumo de éxtasis y alcohol. Asegura que no quiso confrontarlo. “No quería molestarlo”, dice. “No quería que se enojara y que se arrepintiera de haberme contado esta experiencia tan personal”.

Ventura agrega que este tipo de encuentros se podían extender por días, sin permitirle descansar. Lograba mantenerse despierta gracias a las drogas, pero se sentía “repugnante” y “humillada”.

Incluso detalla que le hizo ver a Combs que toda la situación de los “freak off” la hacía sentir “horrible” e “inútil”, pero que él simplemente era “bastante desdeñoso”.

Ventura detalló que los freak off ocurrieron principalmente en hoteles; ennumera ciudades como Nueva York, Miami, Los Ángeles, Atlanta, Las Vegas, Ibiza y las Islas Turcas y Caicos. A veces ella misma hacía la reservación, o sino, lo hacía Toni Fletcher, empleada de la discográfica Bad Boy. Para las reservas recurrían a seudónimos como Frank Black y Frank White.

Según Casandra Ventura, los freak off tenían todo un ritual; los asistentes y guardias de seguridad llenaban la habitación con condones, aceite para bebés y Astroglide, un lubricante. Había que calentar el aceite para bebés, y untárselo muy seguido. Además, apunta que los encuentros eran experiencias “muy coreografiadas” dirigidas por Combs.

Incluso, detalla que en una ocasión, Sean “Diddy” Combs, le exigió que, vestida con ropa y zapatos, se metiera en una piscina inflable llena de aceite de bebé dentro de una habitación de hotel. Dice que no quería, pero “en ese momento no pude negarme”.

En su declaración, Ventura añadió detalles más escabrosos, como el hecho de que a veces había sangre en las sábanas, porque se esperaba que tuviera orgasmos durante la menstruación. Y que en ocasiones, Combs le ordenaba a una escort que orinara sobre ella.

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