Por Julián ConchaLas históricas cifras de los Juegos Parapanamericanos Juveniles Santiago 2025
Los niveles de organización e infraestructura fueron desatacados por diferentes directivos internacionales, resaltando la capacidad de Chile para recibir eventos aún mayores. La delegación local consiguió un récord de medallas, superando las obtenidas en la suma de sus tres participaciones previas.

Santiago 2023 dejó un legado plasmado a nivel deportivo e institucional. La herencia de los Juegos Panamericanos realizados en nuestro país se vio reflejada en los Juegos Parapanamericanos Juveniles de este año, con una destacado crecimiento en infraestructura y a nivel organizacional.
Hubo más de 10 mil escolares presenciando las más de 14 disciplinas, además de miles de espectadores en las seis subsedes repartidas en las regiones Metropolitana y de O’Higgins.
“Nos acompañaron niños y jóvenes de colegios, universidades y otras organizaciones. El objetivo fue acercar a la comunidad al deporte paralímpico, que educa y transmite valores de superación y trabajo en equipo”, aseguró Jorge Zilleruelo, director de Proyectos del Comité Paralímpico de Chile (Copachi).
“Cuando una persona con discapacidad entra a una cancha, a una pista o a una piscina, no sólo desafía límites, redefine lo posible para toda la comunidad. Creemos profundamente que el deporte es un motor de desarrollo, porque fomenta autonomía, genera oportunidades y construye sociedades más justas. Invertir en inclusión es invertir en el futuro de nuestra región, y el deporte es una de las herramientas más potentes para hacerlo realidad”, explicó Juan Pablo Salazar, gerente de Inclusión de CAF, Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe, una de las instituciones que más recursos ha aportado para el desarrollo del paralimpismo continental.
Impacto internacional
Hubo elogios desde todas las delegaciones nacionales por los diferentes escenarios: “Los recintos son espectaculares. Una envidia sana es que Chile tiene el Centro de Entrenamiento Paralímpico, cosa que Lima lo pedimos, nos los iban a dar, pero por esas cuestiones de cambio, no lo tenemos”, indicó Luisa Villar, presidenta del Comité Paralímpico Peruano.
El certamen parapanamericano juvenil se sumó al Mundial de Ciclismo, al Mundial Sub 20 de fútbol, al Mundial de hockey sobre césped juvenil y a la Americup de Básquetbol, elevando a Chile en materia organizativa:
“Chile tiene aspiraciones a organizar otros eventos de nivel mundial en los movimientos olímpicos y paralímpicos, y puede lo que quiera organizar. Tiene la capacidad para hacerlo, sea olímpico, paralímpico o de cualquier otro deporte”, aseguró Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional.
En estos Juegos participaron más de 900 paradeportistas, quienes compitieron en 14 disciplinas, con un número similar de acompañantes, técnicos y personal administrativo. Un esfuerzo logístico importante desde el punto de vista del traslado, alojamiento y alimentación, a lo que se suma las necesidades de adaptar los diversos espacios a las funcionalidades de cada paradeportista.
Se realizó una inversión de 3.035 millones de pesos, un monto muy superior al invertido en el Mundial de Ciclismo o en la Copa del Mundo Sub 20 de fútbol. Por eso, la mayor parte de las delegaciones estuvieron hospedadas en el Hotel Sheraton San Cristóbal, como una forma de optimizar traslados y organización.
Una muestra de la complejidad del desafío fue la cantidad de raciones entregadas en el casino del Parque Estadio Nacional durante los 10 días de competencia, poco más de 8 mil almuerzos y más de 21 colaciones para oficiales técnicos, staff, voluntarios y deportistas. En este último acápite, la presencia de voluntarios y staff, la cifra final fue de 3.520 personas.
“Chile está tratando de conseguir eventos más grandes, tiene experiencia, capacidad y el apoyo de la ciudadanía, que también es importante para estas justas deportivas, todo lo que se necesita para albergar unos juegos de gran magnitud a nivel internacional”, indicó el colombiano Julio César Ávila, presidente del Comité Paralímpico de las Américas.
En tanto, del IND también hicieron su balance: “Fue una verdadera fiesta del deporte. Chile demostró que puede organizar eventos de primer nivel, con una impecable gestión y una entrega total de nuestros equipos. Estos Juegos nos llenaron de orgullo por el ejemplo de superación, disciplina y compañerismo de cada deportista. Agradecemos a todos quienes hicieron posible este éxito, y reafirmamos nuestro compromiso con un deporte más inclusivo, accesible y humano para Chile y para toda América”, dijo el director Israel Castro.
Chile lució al máximo su localía
El éxito organizacional del país tuvo un correlato incluso superior en cuanto al rendimiento deportivo, pues la sexta edición de los Juegos Parapanamericanos Juveniles marcó una auténtica revolución: la delegación chilena cosechó 89 medallas (25 de oro, 32 de plata y 32 de bronce), más que el total de 75 alcanzado en la suma de las tres participaciones previas nacionales: 18 medallas en Buenos Aires 2013 (3, 6 y 9), 28 en Sao Paulo 2017 (14, 10 y 4) y 29 en Bogotá 2023 (10, 11 y 8). Chile no asistió a las dos ediciones iniciales de este tipo de competencias.
Con esto, además, nuestro país se ubicó en un inédito cuarto lugar continental, superado sólo por países con una población muy superior: Brasil, Colombia y México.
A nivel individual, llegó la consagración para el nadador Agustín Pavez (17 años). El oriundo de San Francisco de Mostazal sumó cinco preseas de oro y una de plata, alzándose como el paradeportista más exitoso del país en este tipo de competencia. De paso, fue además el más ganador, dejando atrás a la atleta colombiana Angie Mejía, el nadador peruano Isaías Sono y la levantadora de pesas cubana Amalia González, todos con cuatro medallas de oro.
A nivel individual también destacó la velocista cauquenina María Jesús Lara (16), quien se impuso en 100, 200 y 400 metros planos, categoría T47 Youth.
Un fenómeno especial lo constituye la halterofilia (denominada Para Powerlifting por la AmPC), que relevó un polo de desarrollo de alto nivel en Concepción, zona de la que provienen tres ganadores de doble medalla de oro: Matías Pazo, Sayén Cortés y Renata Encina, quienes entrenan en el Estadio Municipal Ester Roa, de la capital de la Región del Biobío.
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