Esta pastelería es toda una institución en La Florida por tres razones.

Primero, porque fue fundada hace 40 años, cuando la Av. Walker Martínez no era más que chacras y parcelas. Segundo, porque su atención sigue siendo con la calidez y ritmo de las pastelerías de barrio del sur de Santiago.

Y tercero, porque su torta Strindberg, hecha de bizcochuelo, chocolate vainilla, crema de naranja, jugo de naranja natural, crema chantilly y chocolate ($15.500) es la perdición de muchos floridanos.

Cuenta una de sus dueñas, Andrea Clavero, que la idea de sus abuelos fue crear una pastelería con recetas centro-europeas en las afueras de Santiago, cuando la gente solía ir a La Florida a pasear, hacer picnic o ir al campo.

Hoy, los clientes son los propios vecinos, que van después del trabajo o el colegio a comer un trozo de pastel, como por ejemplo, el cheescake de frambuesa, con queso crema, base de galletas caseras, mermelada de frambuesa y frambuesas frescas, a $1.850. O el pastel de hoja y chocolate, con masa de hojaldre y manjar relleno. Por este último, corren los niños del colegio a la pastelería.

Si no puedes consumir mucha azúcar, hay un strudel de manzana natural, hecho de masa filo y nueces ($1.850).

Tanto fue el éxito de la pastelería que hoy cuenta con seis sucursales más en Macul, Ñuñoa, Providencia, Las Condes, Quinta Normal y Melipilla. Pero ojo, que la casa matriz de La Florida es la que más variedad de tortas tiene.