Arte: La experiencia
Bordado. El Taller Rococó está cumpliendo su quinto aniversario, para celebrarlo han montado una muestra que da cuenta de este detallista y laborioso trabajo, casi en extinción. Y como dice su creadora Carolina Gana es una forma también de "regalarle a esta ciudad tres días de belleza".
“Mi abuela me enseñó unos puntos muy básicos, que es lo que una niñita de más o menos unos 7 años puede aprender. Pero lo que recuerdo de esos momentos es la paz que emanaba de ella. Me gustaba sentarme lo más cerca posible y respirar esa alegría interior que sentía cuando lo hacía. Eso es lo que me ha hecho volver al bordado cada vez que necesito estar tranquila y tener un encuentro conmigo”. Así cuenta Carolina Gana cómo partió su contacto con el bordado, que la acompañó siempre y que dejó de ser su entretención privada para convertirse en su principal ocupación hace un par de años.
Esa misma sensación también es la que cree se transmite hasta hoy en las clases que dicta a sus alumnas. “Desde diversos puntos de la ciudad, variadas profesiones, múltiples intereses y todas las edades, muchas mujeres se reúnen cada semana a bordar. Vienen porque las atrae un mismo amor. Vienen a compartir su propio talento en un espacio de creación que se agranda con el aporte de cada una. Un encuentro con otras mujeres y con otras vidas, que al ritmo del bordado nos va transformando en compañeras de vida”, cuenta. Enseña variadas técnicas y está en una búsqueda constante de más; todo le interesa porque sigue pensando que sobre este tema “hay tanto por aprender. Constantemente estoy estudiando libros de todas partes del mundo, siempre me motiva aprender algo nuevo... Por eso mis alumnas se quejan de que nunca me alcanzan y que jamás se van a titular”.
Como una forma de exhibir todo este proceso y también para que las alumnas se nutrieran del trabajo creativo de sus compañeras, es que decidieron montar esta muestra. Muchas de ellas no se conocen y Carolina quería “ayudarlas a abrir la mente, enriqueciendo la mirada. El segundo objetivo de esta exposición era regalarle a esta ciudad tres días de belleza y sin fines de lucro. Porque no se cobra entrada y los trabajos no se venden”.
Además, para la muestra cada alumna desarrolló un pedazo de un gran quilt, que Carolina encomendó lo trabajaran en privado “sin saber qué hacían las otras. Me parece interesante desarrollar nuevas áreas en mis alumnas, ayudarlas a abrir nuevas formas de creación, enseñarles a buscar dentro de ellas. Por eso les entregué hace cinco meses un cuadrado de tela de 15 x 15 cm a cada una para que plasmaran en él su jardín secreto o su mundo privado”. Aquí se exhibe por primera vez y luego será la cubierta de la mesa del taller.
D: Hotel W, Isidora Goyenechea 3000, Studio 2. Hoy y mañana de 9 a 21 hrs.
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