Bienal de Venecia 2010
Dos sensibilidades surgen en esta 12° versión de la Bienal "People Meet in Architecture?. Un camino de exploración apunta hacia el trabajo a partir de recursos locales, relacionados a un trabajo manual y reconocimiento cultural. El otro, a partir de sistemas de última generación para el diseño con software y tecnología global. Dos maneras de ver la Arquitectura, dos maneras de hacer Arquitectura.


La Bienal confronta dos frentes contemporáneos de exploración arquitectónica; el primero, apoyado en la irrupción cada vez más compleja de medios digitales y el desarrollo de proyectos de arquitectura directamente relacionados a estándares de prefabricación seriada. Esta línea de exploración está representada en la muestra por arquitectos que se apoyan desde y con medios tecnológicos, distanciando también cada vez más la obra concreta con el usuario. El segundo, a partir de sensibilidades más propias del arte contemporáneo en las que claramente los cruces y problemáticas construyen un espesor cultural donde destacan aproximaciones materiales.
Este año la curadora de la Bienal de Arquitectura, Kazuyo Sejima –primera vez adjudicada a una mujer– ha puesto uno de los focos en la conexión directa con la materia. Esta condición es posible de leer en el trabajo desarrollado por una gran cantidad de arquitectos y artistas que la propia curadora invitó a participar y que se evidencia en investigaciones proyectuales y obras que, utilizando estrategias distintas, pueden ser comprendidas bajo una sensibilidad común.
El trabajo de los invitados chilenos Smiljan Radic y Marcela Correa, llamado The Boy Hidden in a Fish, inaugura el acceso a la muestra estableciendo de manera nítida el tono. Emplazado de manera estratégica en el acceso general al Arsenale, el trabajo es una pieza de granito cordillerano afanada desde el corte y la sustracción. Incluye un vacío al interior contrastado con una suave envolvente construida con piezas de madera cepillada que llevan una luz cálida. Esta obra da continuidad a los trabajos desarrollados en Chile en los que la utilización de la piedra ha tenido diversas maneras de situarse, algunas como elemento resistente, otras apelando al peso o masa, aunque siempre desde la poética del traslado.
La muestra de Studio Mumbai Arquitectos, denominada Work-Place, está constituida básicamente por una acción de traslado a Venecia de parte del estudio. La instalación apela a una dimensión colectiva del oficio de la arquitectura, uno en el cual participa una comunidad y constituye el valor cultural de ésta. La estrategia utilizada está en el colapso sobre el espacio de la muestra, una multiplicidad de elementos en que destacan maquetas de estudio a diferentes escalas, fragmentos constructivos al modo escantillones escala 1/1 de muros y cubiertas, molduras, cornisas, sillas y muebles insistiendo sobre una condición de habitabilidad que incluye también diversas piezas en cerámica, madera y piedra. Además se traslada una gran cantidad de herramientas de trabajo propias del oficio del constructor, como serruchos y llanas para afinar estucos, todas manuales, lo que de manera directa transforma la materia en material de arquitectura, mostradas como elementos que evidencian el desgaste del uso.

The Boy Hidden in a Fish fue presentado por Smiljan Radic y Marcela Correa, una gran pieza de granito cordillerano. Abajo, la muestra del Studio Mumbai que llevó el taller a la exposición.
El trabajo de los arquitectos Anton García-Abril & Ensamble Studio, llamado The Truffle, como parte de la instalación Balancing Act, es una habitación construida en Costa da Morte, España. Un lugar que nos regresa a un espacio primitivo en su expresión más clásica; un vacío interior desarrollado a través de una masa uniforme de hormigón. El proceso de ejecución incluye el uso de fardos que le imprimen al interior una expresión primaria; parte de la muestra queda reflejada desde diferentes escalas de maquetas y vaciados de yeso.
La muestra de Italia, curada por Luca Molinari, reflexiona sobre el espacio público, la ciudad contemporánea, la política, las transformaciones del paisaje mediante una puesta en escena de maquetas, fotografías y dibujos que se superponen a modo de un mapa de situaciones, una estrategia de montaje que despliega espacialmente el trabajo arquitectónico.
Los invitados chilenos Pezo von Ellrichshausen presentaron una instalación de la casa Poli y casa Fosc, como un referente de una arquitectura que opera en su complejidad a partir de variables de diseño elementales, tanto materiales como espaciales. La muestra chilena oficial, que se encuentra entre 53 representaciones nacionales –cuyo comisionado es Sebastián Gray, y María Macarena Cortés, comisionada adjunta–, apela a las circunstancias del terremoto, a los esfuerzos por sobreponerse a la catástrofe y, más que los proyectos mostrados para la reconstrucción con la inmediatez del evento aún presente, muestra la condición sísmica del país que se traspasa en la multiplicidad de imágenes. Un país donde la materia de arquitectura alcanza un rango diferente, una condición primaria.
COMENTARIOS
Para comentar este artículo debes ser suscriptor.
Lo Último
Lo más leído
1.
2.
3.