MasDeco

Ciudades Sustentables: Sí, se puede

Hamburgo y Copenhague son dos casos concretos de que con voluntad y un plan adecuado se puede cambiar la forma en que vivimos. Crear un eficiente programa energético, disminuir las emisiones de CO2, generar políticas públicas y, sobre todo, cambiar la conducta de las personas en pro de un desarrollo sostenible es algo completamente viable si es que existe el ánimo de hacerlo.

Energieberg Georgswerder

Hamburgo recibió el premio European Green Capital 2011, que se le otorga a la ciudad europea que mejor cumpla e implemente medidas medioambientales y de eficiencia energética. Para el 2020 Hamburgo espera reducir sus emisiones de carbono en un 40%. Por su parte, en Copenhague, el 55% de sus habitantes usa la bicicleta para ir al trabajo, al colegio o a la universidad, y el 24% de su suministro energético proviene  de energías renovables. Copenhague se ha impuesto la ambiciosa meta de convertirse en la primera capital neutral en emisiones de CO2, lo que implica que para el 2025 sus emisiones deberían llegar a cero. Datos como estos evidencian la conciencia de sociedades que hace tiempo se dieron cuenta de la importancia del ahorro energético y, por supuesto, del cuidado del medioambiente. Pero ¿cómo llegaron a esto? Para Dinamarca fue la crisis del petróleo en la década del 70 el punto de inflexión que les hizo reflexionar del gran problema que se les venía, enfrentándose a la necesidad de desarrollar una serie de medidas que hasta hoy siguen vigentes, dando como resultado que su capital sea una de las ciudades más verdes del mundo.

EL PROYECTO para limpiar el puerto de Copenhague fue una iniciativa emblemática, pues antiguamente era un lugar de acumulación de residuos, aguas de desagüe  y grandes manchas de petróleo. El proceso de descontaminación comenzó en 1996 y en 2001 se abrió como un balneario público con varias piscinas.  Se construyó una planta de tratamiento de residuos y se habilitó un nuevo sistema de alcantarillado.

Cambio de mentalidad, conciencia y políticas

Leyes tendientes a regular, por ejemplo, áreas como la construcción fueron fundamentales al momento de cimentar las bases de una nueva conciencia ligada profundamente al cómo consumir, porque finalmente es la voluntad y exigencia política la que va a permitir que todo esto se lleve a cabo, determinando en gran parte el éxito que pueda tener un país en estas materias. "El tema político fue fundamental, porque justamente de ahí tienen que venir las iniciativas. Nosotros en los últimos 30 años hemos logrado consumir la misma cantidad de energía, pero aumentando nuestra productividad en un 78%. Hemos  seguido un patrón de desarrollo más eficiente y logrado un equilibrio sustentable", aclara Lars Steen Nielsen, embajador de Dinamarca en Chile.

Hamburgo obtuvo el

premio European Green Capital 2011

por lograr el más alto nivel de eficiencia energética y de implementación de medidas medioambientales.

Así, entre otras medidas, se incorporaron una serie de requisitos a la construcción, como la certificación energética y ambiental a través de sellos (a, b, c, d, e) que acreditan el nivel de eficiencia de una determinada edificación, ya sea una casa particular o un edificio público. La idea es favorecer o castigar las construcciones de acuerdo a sus niveles de ahorro, y esto se puede ver también reflejado a la hora de adquirir un inmueble, ya que el sello podría influir en la decisión de compra por su costo de mantención. Por otra parte, existen iniciativas como la de otorgar subsidios por parte del Gobierno a personas que puedan demostrar que han invertido en infraestructura para un consumo más eficiente. La conciencia de reciclaje es otro factor relevante; en Dinamarca prácticamente todos reciclan, y esto se  logra con medidas estrictas, como el cobro de dinero a quienes  dejen la basura afuera de la casa. Deben pagar especialmente a alguien que vaya y la recoja, pues lo que se hace comúnmente es llevarla a centros de reciclaje, donde también podría ser devuelta si es que está mal hecho el proceso. "Dinamarca es un país conocido por pagar muchos impuestos, como por ejemplo el de aguas residuales, que es 0.45 DKK", agrega  Steen Nielsen; lo que en Chile vendría siendo unos 40 pesos chilenos más IVA por m³.


EN HAMBURGO las emisiones de CO2 per cápita se han reducido en 15% en comparación con el año 1990, lo que implica un ahorro anual de energía de unos 46.000 MWh.

Pero además de legislar en forma más estricta se debe también incentivar y promover la innovación, aprovechando los recursos naturales que se poseen, como el caso de la energía eólica, en la que los daneses han invertido en investigación y estudios, desarrollando esta industria a gran escala. Dinamarca cuenta con empresas muy a la vanguardia y que han invertido bastante en tecnología como por ejemplo instalando molinos de viento mar adentro, logrando producir una mayor cantidad de energía con menos viento.

El caso Hamburgo

En Hamburgo se han sustituido más de 200.000 ampolletas convencionales en más de 400 edificios públicos y, en los últimos años, se han invertido 18 millones de euros en sustituir más de 600 sistemas de calefacción por calderas de condensación modernas. La mayoría de los ciudadanos dispone de transporte público a menos de 300 metros, lo cual reduce la contaminación y el atochamiento, además de contar con grandes paños verdes accesibles para toda la población. "Actualmente Hamburgo en materia de energías renovables se desarrolla a doble velocidad que el resto de Alemania; se han generado más de 100 empresas sobre todo en las áreas de energía solar, eólica y biomasa, y para ello se ha creado un cluster especial para la ciudad, en el que el foco principal de esta red sectorial es la comercialización de Hamburgo como centro de administración y distribución internacional de energías renovables", señala Ingrid Jung, consejera de Asuntos Económicos, Científico-Tecnológicos y Cooperación de la Embajada de Alemania.

Actualmente los

ciclistas en Copenhague

ahorran 90.000 toneladas de CO2 al año. En los últimos 30 años Dinamarca ha logrado consumir la misma cantidad de energía, pero aumentando su productividad en un 78%.

También se está llevando a cabo el proyecto de remodelación del puerto de Hamburgo The Hafen City, que ampliará el centro de la ciudad existente en un 40% bajo altos estándares de sostenibilidad, y el antiguo puerto y la zona industrial se están transformando en un nuevo tipo de centro, con una estructura de uso mixto espacial para 12.000 habitantes con más de 45.000 puestos de trabajo y miles de visitantes al día. La estructura urbana incorpora una mezcla de usos  incluyendo vivienda, trabajo, comercio, gastronomía, cultura y espacio de ocio de alta eficiencia y bajas emisiones de carbono. La movilidad es posible a través de una línea subterránea que se abrirá en 2012, y la climatización de los edificios está vinculada casi exclusivamente a fuentes renovables. 

Por otra parte,  el Tren de las Ideas es una iniciativa alemana que consiste en un convoy de contenedores con los proyectos europeos más significativos en buenas prácticas medioambientales y darlas a conocer por  Europa, recorriendo 18 ciudades europeas este año. El tema central de esta exposición es la forma en que las ciudades del futuro deben ser sostenibles y amigables con el medioambiente, entregando una mejor calidad de vida a sus habitantes.

COMENTARIOS

Para comentar este artículo debes ser suscriptor.

OFERTA ESPECIAL DÍA DEL PADRE

Infórmate y disfrutaDigital + LT Beneficios $3.990/mes SUSCRÍBETE