Esta silla es un emblema de factura. Perfección y elegancia. Su creador, grande entre los grandes, para muchos un desconocido, marcó la historia del diseño norteamericano de los 60 con sus series de muebles para oficinas fabricados por Knoll.

Fueron apenas 20 años los que Pollock fue un diseñador ‘público’, ya que en los 80 prácticamente desapareció, hasta el año pasado, cuando presentó un producto nuevo luego de 47 años: la colección CP Salón, encargo de Bernhardt Design.

Sus diseños, históricamente parte del catálogo de Knoll, encuentran su génesis en el Pratt Institute, donde él fue discípulo de George Nelson, con quien además trabajó.

Pollock abandonó la oficina de Nelson para abrir su propio estudio en Brooklyn, donde podía hacer modelos y prototipos a escala real. Florence Knoll vio una nota periodística de Pollock y decidió recibirlo, y produjo su primer producto para la marca, la 657 Sling Chair. Después de su lanzamiento el mismo año, Florence Knoll hizo una inversión en el joven diseñador, dándole veinte dólares al mes y un pequeño subsidio de desarrollo para continuar trabajando en nuevos productos.

Pollock pasó los próximos cinco años en el desarrollo de un nuevo concepto y método de producción de sillas de oficina, que culminó con el lanzamiento de la Pollock Chair en 1965. Fue un éxito inmediato y se transformó en un símbolo visual del lugar de trabajo moderno, convirtiéndose en una de las sillas de oficina más vendidas en la historia.d