Edición N° 916
Sábado 28 de noviembre de 2020

La cuarentena, el Covid y las restricciones de desplazamiento apuraron procesos y cambiaron hábitos; seguramente como vivíamos en febrero del 2020 va a quedar como un recuerdo y nunca volvamos ciento por ciento a como hacíamos nuestras rutinas hace menos de un año. Pero, y eso es lo bueno, avanzamos en situaciones que muchos vislumbraban y deseaban: horarios más flexibles, el teletrabajo real y eficiente, estar conectados con muchos pero sin necesidad de traslados físicos. Lo que hace décadas era ciencia ficción, hoy es real; hacemos reuniones por teléfono, las cosas llegan a tu casa y podemos pensar en vivir lejos de nuestros trabajos físicos, porque la conexión digital, como un gran cordón umbilical, es lo que nos mantiene conectados y en sintonía con nuestros equipos de trabajo. Y todo esto abre un mundo de opciones al momento de pensar dónde quiero vivir; quizás es la primera vez que esa respuesta es más libre y no condicionada por factores externos como el tráfico o la ubicación de mi lugar de trabajo. Dentro de las muchas restricciones, exploremos esta libertad que el Covid nos trajo.
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