Ya comenzó el Mundial y todo gira en torno a él, es por eso que como revista decidimos no ir contra la corriente, porque a pesar de que hablamos de diseño, decoración, arquitectura y tendencias, el Mundial, querámoslo o no, lo tiñe todo. Por ejemplo, cómo las ciudades sudafricanas se prepararon con grandes obras de arquitectura, cinco nuevos estadios y el resto completamente renovados demuestra el esfuerzo que esta fiesta significa; también, desde que tengo uso de razón, esta fecha siempre se ha usado para lanzar las nuevas tecnologías en televisión, de hecho las primeras ventas en Chile se realizaron para el histórico Mundial del 62, y este año la tradición se mantiene: debuta la alta definición y empieza a verse el desarrollo de las nuevas tecnologías con pantallas led. Lo mismo ocurre con la ropa, hace mucho tiempo el atuendo de los futbolistas dejó de ser sólo una polera y pantalón corto, la tecnología que esconden las telas, el diseño, la calidad de los cueros, dista mucho de ser algo dejado al azar.

Pero no todo es fútbol, por suerte dirán muchos, y es por esto que quisimos contarles un poco de Tailandia, país que ha logrado separarse de sus vecinos, transformándose en un lugar donde el diseño y la buena factura les ha reportado grandes dividendos. Hace años apostaron por exportar productos terminados, de calidad, en que la mano de obra calificada es un aporte, por esto lo producido hoy en este país tiene un sello de calidad y distinción que les ha abierto los competitivos mercados europeos, y americano. Ojalá nosotros tomáramos este ejemplo como política de estado, ya que seguir exportando sólo materias primas, inevitablemente nos impide beneficiarnos de la parte más interesante del proceso de producción, cuando el material se transforma en “algo” y por lo tanto su valor se incrementa exponencialmente.